Robert Oppenheimer fue uno de los científicos más influyentes del siglo XX, pero también uno de los más controvertidos. Su papel como director del Proyecto Manhattan, el programa secreto que desarrolló la primera bomba atómica, le valió el reconocimiento mundial, pero también el remordimiento y la culpa por las consecuencias de su creación. En este post, presentamos la biografía del considerado por muchos como “el padre de la bomba atómica”.
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Biografía de Robert Oppenheimer
Primeros años y juventud
J. Robert Oppenheimer nació en Nueva York en 1904, en el seno de una familia judía acomodada.
Siendo su padre, Julius Seligmann Oppenheimer un adinerado empresario textil que emigró hacia Norteamérica en 1888, y su madre, Ella Friedman, una pintora aficionada.
Desde niño mostró una gran inteligencia y curiosidad por el mundo. Siendo muy aplicado en las ciencias, matemáticas, artes y la historia.
Sus estudios primarios y secundarios los realizó en la Ethical Culture Society School de la ciudad de Nueva York.
Al graduarse de la secundaria, sufrió un episodio de salud, provocado por una colitis, lo que le impidió ingresar a tiempo a la Universidad de Harvard, cursando sus estudios universatarios al año siguiente.
Estudió en la Universidad de Harvard, donde se graduó en química con honores. Aunque, tuvo cierta simpatía por la física experimental, carrera que haría en el extranjero.
Carrera en el extranjero y regreso a Estados Unidos
Tras graduarse como químico y con honores en Harvard, Robert Oppenheimer decidió poner rumbo a Europa para estudiar su segunda carrera, la física.
En el “viejo continente”, se doctoró en física en la Universidad de Gotinga en Suecia, bajo la tutela de Max Born.
Estando en Gotinga, publicó diversos estudios sobre la mecánica cuántica, en especial, colaborando con su tutor Max Born, en el artículo de Aproximación Born-Oppenheimer.
Luego de su experiencia en Europa, regresó a los Estados Unidos, especialmente en la Universidad de Harvard como experto en física y parte del Consejo de Investigación Nacional.
Para 1929, se convirtió en profesor de física en el Instituto Tecnológico de California (Caltech) y en la Universidad de California en Berkeley.
Allí realizó importantes contribuciones al campo de la física teórica, especialmente en el estudio de la estructura del átomo, la interacción entre la materia y la radiación, y la astrofísica.
Durante ese tiempo de la Gran Depresión, Oppenheimer se alejó o no mostró inclinaciones políticas, y no tuvo dificultades económicas por la herencia de sus padres.
II Guerra Mundial
En 1939, el mundo cambió para siempre cuando se descubrió que era posible provocar una reacción nuclear en cadena al bombardear átomos de uranio con neutrones.
Esto abría la posibilidad de liberar una enorme cantidad de energía, tanto para fines pacíficos como bélicos.
Ese mismo año, estalló la II Guerra Mundial, y los nazis iniciaron su propio programa nuclear con el objetivo de fabricar un arma atómica.
Oppenheimer se involucró en el esfuerzo bélico aliado cuando recibió una carta del físico y amigo, Albert Einstein, quien le advertía del peligro que suponía que Adolf Hitler obtuviera la bomba antes que los Estados Unidos.
De esta manera, Oppenheimer se unió al Proyecto Manhattan, dirigido por el general Leslie Groves, y fue nombrado director científico del laboratorio secreto de Los Álamos, en Nuevo México.
Creación de la bomba atómica
En los Álamos, reunió a un equipo de los mejores físicos del mundo, entre ellos Enrico Fermi, Niels Bohr, Richard Feynman y Edward Teller, también intentó convencer a Einstein de entrar en su equipo, pero el judeoalemán, se negó.
Allí, los científicos trabajaron incansablemente para diseñar y construir la primera bomba atómica y tras casi cinco años de esperar se logró el objetivo.
El 16 de julio de 1945 realizaron la primera prueba exitosa, conocida como Trinity. Al ver el poder destructivo de su invento, Oppenheimer citó un verso del Bhagavad Gita: «Ahora me he convertido en la muerte, el destructor de mundos».
Inicialmente, la bomba atómica estaba programada para lanzarse en Alemania, pero la derrota de los nazis en mayo de 1945, antes de la prueba exitosa del Trinity, obligó un cambio en los objetivos.
En las postrimerías de la II Guerra Mundial, el único contendiente era Japón, ante la capitulación de Italia y la derrota de Alemania ante los soviéticos.
Poco después, las bombas atómicas fueron lanzadas sobre las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki, causando más de 200 mil muertes y poniendo fin a la guerra con el rendimiento incondicional de Japón.
Tras ese evento, Oppenheimer se sintió horrorizado por el sufrimiento que había causado su obra, y abogó por un control internacional sobre las armas nucleares.
Sin embargo, sus opiniones políticas le granjearon muchos enemigos dentro del gobierno y el ejército estadounidenses.
Sus inclinaciones comunistas se dieron a conocer en Estados Unidos
Robert Oppenheimer no se involucró directamente con el comunismo, pero sí tenía cierta simpatía por dicha inclinación política.
A finales de los 20, acudió a varias reuniones, donde conocería a su amante, la psiquiatra Jean Tatlock, quien era afiliada al Partido Comunista.
Por su parte, durante la Guerra Civil Española, el Partido Comunista de Estados Unidos apoyó la causa de los republicanos, enviando apoyo económico a la causa republicana.
A pesar de asistir a reuniones del Partido Comunista de Estados Unidos, no se afilió, aspecto que sí lo hizo su hermano, Frank, quien mantuvo posturas distintas con respecto a esa tolda política.
Luego de la guerra, fue cuestionado por su “pasado” comunista y más en el contexto de la Guerra Fría.
Con el advenimiento del Macartismo, tuvo diversos opositores, entre ellos, el presidente de la Comisión de Energía Atómica de los Estados Unidos (AEC), Lewis L. Strauss.
Strauss cuestionó en gran importancia el nexo comunista de Oppenheimer y su repudio hacia el físico aumentó, cuando Robert llegó a liderar el Proyecto Manhattan como primera opción.
En 1954, Oppenheimer fue acusado de tener simpatías comunistas y de haber traicionado a su país. Fue sometido a un juicio público que le despojó de su seguridad y su prestigio. Aunque muchos colegas y amigos le defendieron, otros le atacaron y le acusaron de ser un espía soviético.
Vida amorosa de Robert Oppenheimer
El físico tuvo relaciones sentimentales con dos mujeres, la primera fue una amiga íntima que compartía mismo pensamiento ideológico, la cual, fue la psiquiatra Jean Tatlock.
Ambos se conocieron a finales de los años 20, cuando se reunían en el Partido Comunista estadounidense.
Su relación no fue desconocida, manteniendo encuentros íntimos, inclusive, cuando Oppenheimer se casó.
Después de una relación turbulenta con Tatlock, Oppenheimer conoció en 1940, a una estudiante de la Universidad de Bekerley, llamada Katherine “Kitty” Puening.
La pareja comulgaban con el comunismo, y su esposa, antes de conocer a Robert, se afilió al Partido Comunista de Estados Unidos.
Posteriormente, contraerían nupcias meses después de conocerse y de su relación matrimonial, nacerían dos hijos: Peter y Katherine “Toni” Oppenheimer.
El matrimonio duró hasta la muerte de Robert Oppenheimer en 1967.
Últimos años y muerte
Tras su destitución por el presidente Dwight Eisenhower en 1953, Oppenheimer se retiró prácticamente de la vida pública, aunque, hizo apariciones esporádicas.
No obstante, siguió enseñando sobre la física nuclear, pero dedicado a lo académico, alejado de los focos y la atención pública.
En 1957, adquirió un terreno en Playa Gibney en Saint John, Islas Vírgenes Estadounidense, para vivir más tranquilo y cómodo.
Por su parte, estuvo el resto del tiempo viajando con su esposa Kitty y dedicando más tiempos a sus hijos: Peter y Toni.
En la década de los 60, se le detectó cáncer de garganta, enfermedad que se trataría por algunos años hasta su muerte, el 18 de febrero de 1967 en Princeton, Nueva Jersey.
Robert Oppenheimer era un asiduo fumador de tábaco y pipa, siendo una de las causas primordial de la aparición de tal enfermedad, además, de exponerse a las reacciones nucleares en Los Álamos.
Su cuerpo fue velado de manera íntima en su residencia en Islas Vírgenes, siendo cremado y sus cenizas esparcidas en una playa de Saint John. Oppenheimer murió a la edad de 62 años.
Tras su muerte, la residencia se vendió por su hija Toni en 1968, siendo su comprador el gobierno de Islas Vírgenes, quien la legó como bien histórico de la nación.
En cuanto a sus familiares, su esposa Kitty, murió el 27 de octubre de 1972, a la edad de 62 años producto de un émbolo cerebral en un viaje turístico por Panamá. Su cuerpo lo incineraron y sus cenizas esparcidas en el mismo lugar que su marido.
Sus hijos, Toni Oppenheimer falleció trágicamente en enero de 1977, al atenta contra su vida. Tenía 32 años.
Por su parte, Peter, el hijo mayor, estuvo alejado de toda fama, estuvo contacto con su tío Frank, retirándose hacia una vida más tranquila en alguna parte de Estados Unidos.
Conclusión
A pesar de las calumnias y las persecuciones que sufrió, su legado científico e histórico es indiscutible. Fue un genio que cambió el mundo con su mente, pero también un hombre atormentado por las consecuencias morales de sus actos.
Sin dudas, Oppenheimer es un genio y su mayor acto por la nación, le valió su etiqueta de “el destructor de mundos”.
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