El expediente de Maya Kowalski nos traslada a lo injusto que pueden ser las acusaciones, aunque, sean presunción o sospechas. Ese fue lo que le sucedió a una jovencita de 17 años, que tras una falsa acusación, perdió su libertad y lo más preciado que puede tener un hijo, su madre. Para ello, profundizaremos sobre este interesante y controversial caso que impactó en los Estados Unidos.
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¿Quién es Maya Kowalski?
La protagonista de este caso, en su momento, era una niña de poco menos de 10 años para el 2016, que vivía con sus padres y hermano en Florida, Estados Unidos.
Beata, su madre, era una inmigrante polaca que en ese momento tenía años de residencia en los Estados Unidos, donde conoció a un bombero llamado Jack Kowalski.
Luego de un noviazgo, se casaron en el 2004 y al año siguiente, nacería, su primogénita, Maya, siendo una niña muy querida por su familia.
Dos años después, nacería el hijo varón, siendo el último de la familia Kowalski.
Los Kowalski hicieron vida en la ciudad de St. Petersburg en el estado de la Florida, donde Jack trabajaba como bombero y se retiró al poco tiempo, y Beata, siendo enfermera de medio turno en un centro hospitalario de la ciudad.
Sin embargo, en el año 2016, todo cambiaría y lo que parecía una consulta en emergencia médica, terminó convirtiéndose en un calvario para los Kowalski.
Dolores continuos y preocupación
Antes de regresar al año 2016, Maya creció y empezó a experimentar dolores inexplicables en la cabeza, cuello, articulaciones y en el abdomen.
Dichos dolores tenían un antecedente en el 2015 y Beata se preocupó ante la presencia de una enfermedad crónica.
Por lo tanto, decidió buscar la ayuda de un anestesiólogo y experto en la terapia del dolor, quien le diagnosticó de “Sindrome de Dolor Regional Complejo”, o por sus siglas “SDRC”.
Los estudios arrojaron que el estado de salud de Maya era de extremo cuidado y se debía actuar a la brevedad posible.
Tras la aparición de los síntomas más frecuente, el doctor Anthony Kirkpatrick, galeno tratante de Maya y con amplia experiencia en el campo, propuso el tratamiento con ketamina.
Sin embargo, el medicamento no estaba permitido en la FDA (Administracion de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos), y la familia se trasladó a México.
Con el tratamiento del doctor Kirkpatrick, Maya mejoró, pero el ciclo de terapias era muy costoso para la familia, quien debió regresar a Estados Unidos.
Allí, Kirkpatrick remitió a Maya con otro colega, el Dr. Ashraf Hanna, quien aceptó el seguro médico de la familia Kowalski y le siguió indicando ketamina en dosis bajas.
Empeoramiento del cuadro
A pesar del tratamiento con ketamina, el cuadro de salud de Maya Kowalski seguía empeorando y el seguro médico ya estaba en saldos rojos.
En octubre de 2016, Maya empeoró y para ese momento, su madre se encontraba de guardia, y su padre, la llamó para la situación de emergencia.
Rápidamente, el padre de Maya junto con la niña se trasladaron al hospital Johns Hopkins All Children’s de St. Petersburg, Florida, para una evaluación médica.
Durante la entrevista médica, los galenos notaron ciertas sospechas sobre el tratamiento para el síndrome con la ketamina.
Tras una hora de evaluación, llegaría Beata, que se mostró contrariada con la atención médica.
Posteriormente, los médicos notaron una “actitud agresiva” de la madre, y decidieron llamar a bienestar infantil y más, cuando Beata mandó a indicar altas dosis de ketamina.
Lo que vino después fue una cascada de eventos que condujeron a un desenlace fatal.
Una perdida muy dolorosa para Maya
Una funcionaria de bienestar infantil mencionó que Maya estaba “mintiendo” sobre su estado de salud, empeorando más la situación familiar.
Por ende, enfatizó que los padres debían separarse de Maya, quien según opinión de la funcionaria de bienestar infantil, se encontraba amenazada por sus progenitores.
Maya, en una total confusión, se muestra contrariada por la actuación de los funcionarios y médicos del hospital y es separada de su familia.
Por otra parte, el Dr. Kirkpatrick contacta a la funcionaria y a los médicos del Johns Hopkins, y muestra el informe que avala la condición de Maya Kowalski.
Pese a las pruebas, los funcionarios creían que Maya estaba siendo sometida por su propia madre, alegando el síndrome de Münchhausen.
Entretanto, el hospital seguía facturando la estancia arbitraria de Maya, una acción que dejaría sin el seguro a la familia de la pequeña.
Los días pasaron como una prisión para Maya y dos meses después, acudió a una audiencia, donde manifestó en una misiva poder ver a su familia.
El juez fue consultado por el abogado de la familia Kowalski, quien solicitó la posibilidad de que Maya viera a sus padres, y el magistrado negó la solicitud.
Beata quedó devastada ante la solicitud denegada y la posibilidad de un último abrazo nunca fue.
Al notarse perdida y sin posibilidad de ver de nuevo a su pequeña Maya, Beata decide acabar con su vida en enero de 2017.
Emprendimiento de acciones legales
La inesperada muerte de Beata, dejó tocada a la familia, quien luchó hasta el último recurso para poder ver a su amada hija.
Con el paso de los días, los abogados de la familia Kowalski, procedieron a demandar al Suncoast Center (donde trabajan bienestar infantil) y el hospital Johns Hopkins.
La primera en ser demandada fue la doctora Sally Smith, de bienestar infantil, por negligencia y decisión arbitraria de encerrar a Maya Kowalski sin tener contacto con su familia.
Por su parte, Suncoast Center recibió la demanda punitiva por infligir angustia emocional, siendo castigados con suma de dinero para los daños hacia Maya y su familia.
El juicio se resolvió en diciembre de 2021, siendo favorable para los Kowalski, quienes procedieron a demandar con todo peso judicial al hospital.
Batalla de Maya Kowalski contra Johns Hopkins All Children’s Hospital
Tras ganar la demanda contra el servicio de Bienestar Infantil y la Dra. Smith, procedió demandar al hospital por negligencia médica.
El juicio se celebró en septiembre de 2023 y duró un mes, donde se enfrentaron ambas partes involucradas.
La defensa del hospital aseguró que actuaron bajo las políticas districtales ante la sospecha de abuso por parte de Beata hacia Maya.
Sumado a ello, argumentaron la actitud retadora de Beata ante la insistencia de colocar altas dosis de ketamina, siendo contraindicado en niños. A su vez, manifestaron que la niña se vio influenciada por su madre.
Tras un mes de comparecencia, el jurado decidió que el hospital debía pagar una suma de 221 millones de dólares por daños punitivos a la familia Kowalski.
Sin embargo, los abogados del hospital mencionaron que el juez lo engañaron por el discurso de Maya y la actuación del abogado de los Kowalski, mencionando que actuaron siempre bajo la ley.
El hospital aseguró que el caso siempre estuvo bajo sospecha y que la decisión de otros jueces que actuaron en el expediente, no se consumó.
por el último juicio, manifestando, además, el poder de los medios de comunicación como escrutinio a la decisión del centro de salud.
El documental de Netflix “Cuiden a Maya”
La incidencia de este caso se puede ver en el documental “Cuiden a Maya” de Netflix, donde se pueden ver los testimonios y grabaciones de las audiencias.
A su vez, se establece un aspecto de manera cercano con la familia Kowalski y el calvario que tuvieron que pasar desde la reclusión de Maya en el hospital hasta el suicidio de Beata.
De igual forma, se evidencia el trato inhumano que sufrió Maya durante su estancia en el hospital.
En la actualidad, Maya Kowalski tiene 17 años, y vive con su padre, Jack, y su hermano, en Florida.
Con respecto a su condición, sigue con tratamientos experimentales, pero ha mejorado de SDRC, gracias a la ayuda de los médicos tratantes y el apoyo de su familia.
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