Uno de los grandes conquistadores que ha surgido en la historia de la humanidad, ha sido el gran rey de los francos, Carlomagno.
El extenso Imperio carolingio lo catapultó como uno de los grandes gobernantes antes del siglo X.
Las hazañas, conquistas y demás victorias lo caracterizaron como uno de los grandes conquistadores de la historia universal.
En el siguiente post, detallaremos la biografía de Carlomagno, desde sus primeros pasos como gobernante hasta las hazañas y conquista de este reconocido emperador.
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Biografía de Carlomagno
Primeros años y Juventud
Carlomagno nació el 02 de abril entre 742 a 748 d. C, hijo de Pipino III (el Breve) y de Bertrada de Laon.
De este matrimonio nacieron: Carlomagno, Carlomán, Gisela, Pipino, Berta, Rothaïde y Adelaida.
La muerte de Pipino el Breve puso el imperio en dos gobernantes, Carlomagno y Carlomán, haciendo funciones de virreinato.
El reino compartido entre los hermanos generó ciertas disputas tanto territoriales como de política interior.
Las decisiones del primogénito no asentaron bien a Carlomán y la relación entre ambos se tornó áspera y con creciente oposición el uno del otro.
La polémica boda entre Carlomagno y Desiderata, princesa lombarda e hija de Desiderio, rey de los lombardos, diezmó la posición de Carlomán dentro del reino.
La posible unión entre lombardos y francos por el matrimonio de Carlomagno y Desiderata hacía temer a los demás imperios.
Sin embargo, un año después del matrimonio, Carlomagno se separa de Desiderata y ella vuelve a la corte de Pavia ante la furia del rey Desiderio.
La posible alianza entre Carlomán y Desiderio se quedó en el aire, tras la muerte del hermano de Carlomagno y con ello, el imperio llegó a una dirección.
Carlomagno llega al Poder Unitario
La repentina muerte de Carlomán I, dejó en bandeja de plata el imperio carolingio a Carlomagno, gobernando sin tener que compartir el reino.
No obstante, la oposición al imperio carolingio se iba a dar en algunos frentes, sobre todo el religioso en manos del nuevo papa Adriano I.
Los desacuerdos entre Adriano I y Desiderio obligaron a intervenir a Carlomagno en busca de apoyo religioso.
Con la rencilla abierta entre Carlomagno y Desiderio, el rey de los francos decidió apoyar la iniciativa papal y otorga las tierras que exigía Adriano I.
La guerra entre lombardos y francos estaba por iniciarse y el apoyo de la dinastía carolingia al papado puso en jaque las intenciones lombardas.
Uno de los ataques iniciales fue en la Campaña de Italia, donde los francos sitiaron a Pavía en 774 ante la complacencia del papa Adriano I.
En Roma, Adriano I otorga el título de “patricio” al regente franco y le asestó un duro golpe a los lombardos que se encontraban al borde de la derrota.
La muerte de Adelgis, sucesor de la corona lombarda y el exilio de Desiderio, Carlomagno se adueñó de toda Italia y era el comienzo de la expansión de su claro dominio.
Años después de la Invasión a Italia, Benevento una de las ciudades codiciadas por Carlomagno, era gobernada por Arechis.
La muerte de su regente le facilitó acceder al trono a Grimoaldo III y la fidelidad de esa ciudad italiana no permitió la entrada triunfal de Carlomagno.
Carlomagno y la Campaña Ibérica
El recibimiento de Carlomagno hacia los gobernantes musulmanes de Gerona, Barcelona, Huesca y Zaragoza para solicitar ayuda en contra de Abderramán I, emir de Córdoba.
La salutación no era gratuita, requería del apoyo militar de Carlomagno a cambio de regalías y agasajos hacia la figura del emperador carolingio.
El emperador emprendió la campaña de la Península Ibérica y se toparon con grandes resistencias como la alianza entre austrasios, lombardos y burgundios en los Pirineos.
El paso de Roncesvalles significó una victoria pero a un precio muy alto, la resistencia en Zaragoza entre los musulmanes y vascones, estos últimos derrotados en Pamplona.
No obstante, la victoria de la Batalla de Roncesvalles, amplió la fama y el dominio del Imperio de Carlomagno en la Península Ibérica.
Años después, las tropas de los francos se medirían ante el califato de al-Ándalus que gobernaba algunas provincias musulmanas en España.
Las victorias en los territorios italianos y en Roncesvalles significaron un plus ante la acometida de Carlomagno dentro de territorio ibérico.
Sin embargo, la inestabilidad entre los musulmanes y las autoridades de Córdoba volvieron a la escena con la ayuda de los francos.
Los francos expulsaron a los aliados del emirato de Córdoba y las conquistas de Tarragona, Gerona, Barcelona y Valencia, certificaron el triunfo de los carolingios.
La victoria finalmente fue certificada ante el reconocimiento del emir Alhakén I en Valencia a partir del año 812.
Otras Guerras
El imperio carolingio se caracterizó por conquistas y batallas a lo largo del reinado de Carlomagno, además, de formar alianza con otros reinos vecinos.
La batalla contra los sajones (durante 30 años), permitió en una victoria desde el plano militar y religioso.
La división de los sajones en cuatro grandes regiones, supuso la victoria final de Carlomagno en esa zona del este europeo.
Tras la campaña de Sajonia, el territorio vivió en tregua por siete años, después que se manifestaron en contra de las tropas extranjeras de Carlomagno.
Las costumbres religiosas de los sajones fueron el detonante de una guerra que dentro del plano religioso fue necesaria según Carlomagno.
Pese a la resistencia de los demás territorios sajones, la victoria y la alianza de los vecinos de los francos propinaron un duro golpe al movimiento proindependentista.
Otras campañas que protagonizó el Imperio carolingio fueron contra los eslavos, bávaros y ávaros, siendo victorias sostenidas por Carlomagno.
Muerte de Carlomagno
La descendencia de Carlomagno estuvo basada en matrimonios legales y concubinatos.
Dentro de las uniones sentimentales del emperador franco hubo veinte hijos, de los cuales, al momento de fallecer quedó uno en facultades para gobernar, siendo Ludovico Pío.
Carlomagno muere en la ciudad de Aquisgrán el 28 de enero de 814 provocada por una pleuritis debido a una infección pulmonar diagnosticada tardíamente.
Fue sepultado el mismo día de su muerte en la Catedral de Aquisgrán y el legado de los francos perduró siglos después.
