El 4 de julio se conmemora anualmente el día de la Independencia de los Estados Unidos sobre el Imperio británico, hecho que inició ese mismo día, pero de 1776.
Para esa fecha, se firma la Declaración de Independencia, en el que las trece colonias británicas en territorio americano formalizan su separación del Imperio británico.
Sin embargo, el Imperio británico intentaría sofocar los reductos revolucionarios con el fin de restablecer el orden en las colonias americanas, pero los rebeldes y los leales a la monarquía protagonizaron conflictos que derivó en la Guerra de Independencia de Estados Unidos.
En este post, abordaremos cómo se gestó la Independencia de los Estados Unidos y las repercusiones de este hecho histórico. ¡Acompáñanos a este viaje histórico!
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Contexto histórico
El siglo XVIII, significó la fiebre independentista en América, donde ya existían colonias europeas, formadas por los imperios británicos, españoles, portugueses, alemanes, franceses y neerlandeses.
En Estados Unidos, que para ese entonces estaba conformada por trece colonias británicas, decide separarse del Imperio británico.
Sin embargo, el camino no fue fácil para la firma de la Declaración de la Independencia, a partir del 2 de julio de 1776.
En esa fecha, el Segundo Congreso Occidental realizó una votación con el fin de decretar una resolución de independencia, que había sido propuesta por Richard Henry Lee.
Para ese momento, se declaró que las trece colonias pasaban a conforman los Estados Unidos independizados, mediante una carta redactada por Thomas Jefferson.
Tras dos días de estudio, se aprobó el estatuto independentista el 4 de julio de 1776.
Pese a que ese día se toma como celebración, ha sido objeto de polémica, ya que, no hay una certificación fidedigna que tome el 4 de julio como fecha definitiva de la declaración.
Por otra parte, se recogen testimonios de Jefferson, John Adams y Benjamin Franklin, como firmantes del Acta independentista, afirmando el 4 de julio.
No obstante, los historiadores objetan la fecha del 4 de julio, certificando que es el 2 de ese mes, que se firmó la declaración independentista.
Guerra de la Independencia de Estados Unidos
Primeros conflictos y la Declaración de la Independencia de Estados Unidos
Antes de la Declaración de Independencia, se suscitaron una serie de conflictos que iniciaron el 19 de abril de 1775.
Los datos históricos revelaron que los primeros combates empezaron en el poblado de Lexington y se extendieron a Massachusetts y Concord.
Posteriormente, el Segundo Congreso Continental se reunió en Filadelfia, aprobando una serie de acciones militares, comando la iniciativa, George Washington.
Tras las reuniones en Filadelfia, y al mando de los ejércitos expedicionarios rebeldes, el general Washington, se decidió reclutar a soldados de todas las colonias.
Pese a las primeras divergencias, el ejército independentista logró que el británico retirara sus tropas de Boston, el 17 de marzo de 1776.
Por otra parte, los colonos rebeldes tendrían el apoyo de Francia, España y Países Bajos, debido a su creciente oposición contra el Imperio británico.
Tras las primeras victorias de los colonos, se estableció una reunión extraordinaria para la aprobación de la Independencia, hecho que inició el 2 de julio de 1776 y se certificó, dos días después.
La guerra independentista se extiende
Luego de la Declaración de Independencia, el ejército británico reagrupó sus tropas y pidió el apoyo de su más cercano aliado, Alemania.
Ante la advertencia de los rebeldes con los hechos en Nueva Inglaterra, los británicos estaban conscientes de la lucha independentista de los colonos.
Por tal motivo, la guerra se extendió, desde que las tropas británicas tomaron en serio la advertencia de los rebeldes.
Tras la evacuación de Boston, las tropas británicas se apostaron en Nueva York, recinto que estaba favorable a la monarquía europea.
La estrategia era fortificar a Nueva York y lanzar una contraofensiva en Boston, para menguar el ejército de Washington.
Pese a las adversidades, que contaba desde la inexperiencia en combate de las tropas rebeldes y solo la veteranía de Washington, el bando independentista tenía las de perder.
No obstante, en el lado británico los objetivos no estaban claro, el grueso de sus tropas estaba en la otra parte del continente.
De igual forma, los territorios de Norteamérica se disputaban no solamente contra los colonos rebeldes, sino, además, con otros imperios europeos.
Para octubre de 1777, el ejército británico se rinde en Saratoga, al norte de Nueva York, provocando un plus anímico en las tropas rebeldes.
Por su parte, los nativos luchaban en favor de ambos bandos, pero los del Norte, se veían afectados por la incursión rebelde.
En 1778, Francia firma un tratado con los colonos con el objetivo de enviar tropas, a cambio, de mantener sus colonias en territorio americano.
De igual forma, las aspiraciones españolas también era mantener su peso como máxima influencia europea en las Américas.
Últimas luchas
Con el norte libre de los británicos, la lucha se trasladó hacia el sur, con el apoyo de Francia. De igual forma, España declaró la guerra al Imperio británico.
España y Francia firmaron en secreto el Tratado de Aranjuez, en la que, ambos imperios cooperaban en la guerra, a cambio, de mantener sus posesiones en Norteamérica.
Ante tal advertencia, Gran Bretaña desplazó algunas tropas hacia Gibraltar para hacer frente a las pretensiones hispanas, mismos ejércitos que iban a ser enviados a Estados Unidos.
Los últimos combates, dieron grandes victorias a los colonos, en especial, con la batalla de Santa María, donde las flotas aliadas capturaron a un convoy británico.
Por si fuera poco, se anexó otro aliado, Países Bajos, pero sin apoyo militar, simplemente, el envío de municiones, armas, vestimentas y buques de guerra.
Para 1781, se libra el último combate en el sur, donde el ejército de Washington captura al general británico Charles Cornwallis en Virginia.
Tras el sitio de Yorktown, el Imperio británico dio por perdida sus pretensiones de mantener las trece colonias, que pasaron a llamarse Estados Unidos de Norteamérica.
Tratado de París de 1783
Posterior a la guerra de Independencia de los Estados Unidos, se decretó una serie de pautas que se establecieron con el Tratado de París en 1783.
En dicho tratado, se reconoció la Independencia de los Estados Unidos, fijando posición fronteriza con el paralelo 31.
Por su parte, el Imperio español mantenía los territorios de Menorca y la parte oriental y occidental de la Florida, sumado a los demás territorios de América Central.
Entretanto, Francia mantenía sus posesiones de ultramar y las Antillas, mientras, Países Bajos tomó la posesión de Sumatra (Indias Orientales Neerlandesas).
En cuanto al Imperio británico, mantuvo su dominio en Canadá, pese a las intenciones de los rebeldes de liberar al territorio canadiense.
Por último, se acordó el intercambio de prisioneros y pagar cada uno una compensación económica, aunque, este último acápite no se cumplió del todo.
Repercusiones de la Independencia de Estados Unidos
Tras el éxito independentista, se promulgó el primer movimiento contra un imperio en América, siguiendo el patrón en los años siguientes los demás países del continente.
Cuatro años después del Tratado de París, se promulgó la Primera Constitución de Estados Unidos en Filadelfia.
En ello, se estableció un gobierno federal, encabezado por el presidente de la república y dos cámaras legislativas: senado y cámara de representantes.
Entretanto, la Constitución tuvo su inspiración en los ideales franceses, tras la Revolución francesa.
Por otro lado, se demostró las grietas en las colonias europeas en América, siendo Estados Unidos, el primer paso de la Independencia americana.
Finalmente, muchos de los que batallaron en la Independencia de Estados Unidos, participaron en la gesta independentista en Latinoamérica en el curso de los años siguientes.
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