Una de las pandemias más mortÃferas de la historia, ocurrió antes de llegar la segunda década del siglo XX y en las postrimerÃas de la I Guerra Mundial, donde hacemos alusión a la Gripe Española de 1918.
Tal epidemia de carácter global dejó millones de pérdidas humanas, sumando a las consecuencias de la ‘Gran Guerra’, apenas naciendo el siglo XX.
En el siguiente post, explicaremos sobre la mortÃfera Gripe Española, que azotó al mundo y dejó terribles consecuencias en un planeta convulso por la I Guerra Mundial.
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Contexto histórico de la Gripe Española de 1918
Aunque, su descubrimiento y su tasa de letalidad aumentó en 1918, siendo conocida como la ‘Gripe Española’, los primeros casos pudieron detallarse dos años antes.
No obstante, la enfermedad causada por una variante del virus influenza tipo A, subtipo H1N1, no se manifestarÃa hasta 1918, cuando se descubrió el ‘paciente cero’, un cocinero de Kansas, Estados Unidos, llamado GIlbert Mitchell.
Por su parte, se detallaron algunos brotes ‘aislados’ de una gripe virulenta en 1916 a 1917, donde se distribuÃan en los campamentos de los soldados estadounidenses.
De hecho, hay registros de institutos en aquella época, que datan de una veintena de muertos por una ‘extraña enfermedad’ en Camp Greene, Estados Unidos.
Según el reporte del capitán médico Herman Elwynn, los primeros pacientes con una sintomatologÃa similar aparecieron a finales de 1917.
Por otro lado, Elwynn especificó que hubo al menos más de 500 enfermos y 20 muertos, derivados de la extraña ‘virosis’.
¿La gripe española era de España?
Uno de los errores que más se ha descrito a través de la historia, es el origen de esta gripe y no precisamente, se derivó en España.
El término de ‘Gripe Española’, se debió a la difusión que tuvo, en ese paÃs, de un brote epidémico de un virus estacional en varios campamentos militares en los Estados Unidos.
Pese a originarse en Estados Unidos, la difusión se eclipsó por el desenlace de la I Guerra Mundial, teniendo de escenarios en Europa y Asia.
En España, se documentaron los primeros casos, pero no fue el primer paÃs, ni tan siquiera, uno de las primeras naciones en reportar contagios.
De hecho, Francia, Italia, Reino Unido, Estados Unidos y parte de algunas colonias europeas, ya tenÃan casos, pero su difusión se centró en la conclusión de la guerra.
Por ende, al ser España un paÃs neutral, difundió los casos, no solo en territorio hispano, sino, además, registros de pacientes en las naciones mencionadas.
Por si fuera poco, las principales ciudades ibéricas confirmaban miles de contagios y muertes, generando expectación en todo el mundo.
La primera oleada (1918)
La primera oleada de contagios en el mundo estuvo marcado por la rapidez de los contagios y las pérdidas humanas.
Sin embargo, la primera ola de contagios, al menos en Europa, no fue devastadora como la segunda a finales de ese año y principios de 1919.
En la nación norteamericana, los casos seguÃan abarrotando los hospitales de campaña y los pacientes más graves eran confinados en centros más especializados.
Asimismo, el presidente estadounidense Woodrow Wilson (que por cierto se contagió, pero sin mayores consecuencias), estuvo a punto de suspender el envÃo de tropas para mantener una cuarentena.
Sin embargo, los secretarios militares impidieron la cuarentena, descartando el confinamiento y se siguieron enviando tropas en el frente europeo.
En el verano de 1918, se calculaban que al menos más de 1.500.000 soldados estadounidenses viajaron asintomáticos y con sÃntomas leves a Europa.
Por tal motivo, se registraron casos en Francia, Reino Unido y en los demás paÃses aliados de Estados Unidos en la I Guerra Mundial.
La segunda oleada y la más mortÃfera
A finales de 1918, se confirmó una segunda oleada de contagios por la gripe española.
Pese a la aparición de sÃntomas iniciales sin ningún tipo de preocupación, la letalidad avanzó de llegar al 10% y aumentar un 20%.
Por su parte, la expansión de la enfermedad en la segunda oleada habÃa golpeado Asia y Latinoamérica, en esta última región la cifras de contagios fue abrumadora.
Entretanto, en el continente asiático, China lideró los contagios y la tasa de mortalidad, superando a Estados Unidos, el primer paÃs en registrar el paciente cero.
De hecho, la enfermedad, pese a tener un comportamiento ‘inofensivo inicial’, ascendió paulatinamente en letalidad, por la falta de vacunas en ese tiempo.
Entre 1919 y 1920, las personas que lograron superar la enfermedad, desarrollaron en cierta medida inmunidad.
Del mismo modo, en la tercera oleada, los casos registrados fueron en decreciente, dando tiempo a la adaptabilidad inmunológica de las personas.
Tuvo diversas hipótesis en cuanto a su origen
Si bien es cierto, que se creyó que los primeros casos vinieron de Estados Unidos, existen diversas teorÃas que sustentan la primo-infección en China.
Tal afirmación lo mencionó el Instituto Pasteur, refiriendo que la gripe pudo venir de China, adquiriendo la cepa principal y de mayor resistencia.
Según los cientÃficos de este prestigioso instituto, los pacientes de la gripe H1N1 en territorio asiático, desarrollaron inmunidad diferente a la del resto del mundo.
Otra teorÃa que sustenta el origen de la gripe española, es que pudo venir de Europa, donde el cientÃfico inglés John Oxford, mencionó un campamento británico en Francia, ser el foco principal de la infección.
De hecho, los registros de Oxford, detallan la presencia de una misteriosa enfermedad que azotó el campamento británico en Étaples, Francia.
Según dichos registros, los brotes se comportaron más expansivos y se propagaron con la llegada de los soldados norteamericanos en Europa.
Sin embargo, estas teorÃas son suposiciones, y la más fiel a la historia, lo determinan en los campamentos militares en Estados Unidos en Kansas.
Consecuencias de la Gripe Española
Un panorama oscuro se avecinó con la conclusión de la I Guerra Mundial y la expansión del virus a nivel global.
Pese a las terribles pérdidas humanas que dejó la enfermedad, cada paÃs desarrollado patentó candidatos de vacunas para socavar la infección.
No obstante, tuvo que pasar más de 20 años después para el desarrollo de las vacunas de la influenza en cualquiera de sus variantes.
Entretanto, las condiciones posteriores a esta pandemia, hizo que los paÃses se organizarán en las medidas higiénicas y sanitarias ante posibles eventos de tal magnitud.
Por otro lado, se realizó inspecciones exhaustivas en las importaciones, con el fin de evitar propagaciones de la enfermedad o de otras virosis.
En cuanto a las cifras de contagios, se estiman que más de 500 millones de personas se infectaron del virus de la influenza.
Con respecto a las pérdidas humanas, se elevaron hasta alcanzar los 100 millones (como valor estimado) de muertes.
SÃntomas de la gripe española de 1918
Al principio, se describieron sÃntomas inespecÃficos de fiebre, malestar general, fatiga muscular, molestias articulares y dolor de cabeza.
De acuerdo al avance de la enfermedad, se describieron signos principales de esta gripe como palidez en la cara con un tono grisáceo.
El pulso era muy rápido, palpitaciones que alcanzaban o superaban las 140 latidos por minuto y respiración dificultosa.
El agotamiento era muy marcado, dependiendo del estadÃo de la enfermedad y se describió un tinte azul violáceo (cianosis) en los casos más graves.
De hecho, en los pacientes con gravedad, la sudoración era profusa y de no haber mejorÃa, el promedio de vida era de unas 24 a 48 horas.
Finalmente, la gripe española golpeó a un mundo convulso durante la I Guerra Mundial, y dio un giro de 180 grados en la actuación sanitaria de carácter global.
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