Una serie de asesinatos llamaron la atención pública en Táriba, estado Táchira, en la región andina de Venezuela, donde un sospechoso, de nombre ‘Dorangel Vargas’, salió a la luz con su imagen toda descuidada y de aspecto psiquiátrico.
Este asesino en serie, tenía una particularidad que acaparó la atención en Venezuela, el criminal era caníbal, un aspecto tan perturbador e increíble.
En nuestra sección de Casos más Sonados, hablaremos sobre el caso de Dorangel Vargas ‘El Comegente’.
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Casos más Sonados: Dorangel Vargas ‘El Comegente’
¿Quién es Dorangel Vargas?
Doráncel ‘Dorangel’ Vargas Gómez nació el 14 de mayo de 1957 en Caño Zancudo, un pueblo rural en el estado andino de Mérida, en Venezuela.
Vargas provenía de una familia de escasos recursos que se dedicaban a las labores del campo en ese pueblo y con graves necesidades económicas.
Posteriormente, estudió en el colegio, pero llegó hasta el sexto grado de educación básica, donde no hay registros de su comportamiento en su etapa escolar.
Sin embargo, al llegar en la etapa de adolescencia y juventud, empezó a cometer sus primeros crímenes, como ladrón de poca monta.
Como Caño Zancudo en Mérida, es un pueblo campesino, Vargas empezó a robar gallinas y algunas cabezas de ganado.
Ante tales hechos, se traslada con su familia hacia Táchira, específicamente, Táriba, donde allí, empezaría su carrera criminal en otro nivel.
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Asesinatos y canibalismo
El primer asesinato documentado, ocurrió en 1995, cuando encontraron el cuerpo desmembrado y con algunas partes faltantes de un indigente, llamado Cruz Baltazar Moreno.
Ante tal asesinato, se comprobó que el asesino fue Dorangel Vargas, quien además, confesó que se comió a la víctima.
Posteriormente, al comprobarse su estado mental y sus incongruencias, es recluido al Instituto de Rehabilitación Psiquiátrica de Peribeca en el estado Táchira.
Sin embargo, Vargas estuvo allí en rehabilitación por dos años y fue devuelto a sus familiares, quienes se hicieron cargo del paciente.
No obstante, Dorangel Vargas volvería a las andanzas a finales de 1998 y enero de 1999, donde todas las víctimas eran del sexo masculino.
Estas desapariciones fueron notificadas por los familiares de las víctimas y rápidamente, se llevó la alerta en todo el estado Táchira.
El modus operando de Dorangel Vargas, eran víctimas de contextura atlética, en este caso, obreros o deportistas, siempre elegía a los hombres, y no mostraba interés en niños y mujeres.
A su vez, los golpeaba hasta dejarlos inconsciente con un tubo en forma de lanza y los descuartizada, dejando las partes como cabeza, manos y pies, enterrándolos.
Entretanto, consumía las demás partes, donde los colocaba en una olla rústica, cerca de una fogata, además, que los asesinatos los cometía debajo de un puente en horas nocturnas.
Arresto de Dorangel Vargas
El 12 de febrero de 1999, un grupo de Defensa Civil localizó el cuerpo desmembrado de dos jóvenes, poniendo la alerta a las autoridades competentes del Táchira.
Posteriormente, se conformó varias cuadrillas para localizar el resto de los cuerpos y hallaron una terrible sorpresa.
En la intensa búsqueda, se localizaron seis cuerpos más con el mismo modo operando, los cadáveres estaban descuartizados y algunas partes enterradas.
Al principio, se pensó en una red de narcotráfico, tráfico de órganos o miembros de una secta satánica, pero se descartó con el reporte de los familiares de las víctimas.
Como primer y único sospechoso, fue a Dorangel Vargas, que en ese momento, vivía en la indigencia dentro de una choza improvisada en Táriba.
Inmediatamente, los cuerpos de seguridad inspeccionaron la vivienda y encontraron más hallazgos, entre ellos, carne humana, vísceras en un recipiente y con ingredientes para el consumo.
Al cercar la vivienda, detuvieron a Dorangel Vargas y sin oponer resistencia, se entregó a las autoridades.
Vargas confesó libremente que asesinó a 10 hombres (cifra estimada) y procedió a ingerirlos en un período aproximado de dos años, después del alta en el psiquiátrico.
Seguidamente, Vargas fue interrogado y sus declaraciones eran un tanto incongruentes y se le diagnosticó der esquizofrenia paranoide.
Sentencia de Dorangel Vargas
Al llegar a la conclusión de su diagnóstico de esquizofrenia paranoide, la ley penal no estipulaba una condena o una sentencia.
Por lo tanto, Vargas quedó prisionero como ‘medida preventiva y cautelar’, mientras, se resolvía su caso.
No obstante, la sentencia pasó de manos y como en Venezuela no hay condiciones para tratar a este tipo de pacientes, el caso llegó a la deriva.
De esta manera, la sentencia quedó en inimputable, dejándolo aislado en un centro penitenciario en el estado Táchira, la cual, permanece desde 1999.
En la actualidad, Dorangel Vargas tiene 64 años (desde la emisión del post), sin recibir una atención psiquiátrica adecuada y en espera de una sentencia que jamás llegará.
Conclusiones
Desde el marco legal, Dorangel Vargas debe estar recluido en un centro psiquiátrico con la atención que lo amerita.
Por su diagnóstico de esquizofrenia paranoide, debe estar recibiendo tratamiento continuo y sistémico, pero en Venezuela, dichas condiciones no se cumplen.
A su vez, el caso pasa desde el punto de vista médico, donde el gobierno (de turno o anteriores), debieron construir un centro especializado para tratar a este tipo de pacientes.
Cabe destacar, que muchos delincuentes tienen el mismo patrón psiquiátrico de Dorangel Vargas y como no hay una institución que vele por ellos, tienden a ser liberados.
En conclusión, el sistema sanitario en el país no cuenta con los recursos necesarios ante potenciales criminales o enfermos mentales, dejando un peligro latente que sigue hasta el sol de hoy.
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