En el contexto de la Guerra Fría, se incrementó los ensayos nucleares con la finalidad de ver qué superpotencia era mejor que la otra, si en Estados Unidos estaba Nevada, en la Unión Soviética se encontraba Semipalátinsk.
Dicho lugar, al igual que su homólogo estadounidense, era protagonista de grandes ensayos nucleares, con la finalidad de mostrar al mundo cada arsenal en plena Guerra Fría.
Para este post, dedicaremos especial atención a Semipalátinsk: el sitio de pruebas nucleares de la Unión Soviética.
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¿Dónde queda Semipalátinsk?
Este sitio de pruebas nucleares quedaba en la llanura en el noreste de Kazajistán y al sur del valle del río Irtish, que para ese entonces era una república socialista soviética de la URSS.
Dicha base militar y científica, se inauguró en 1949, cuatro años después del final de la II Guerra Mundial.
Como Estados Unidos ya estaba impulsando sus protocolos nucleares en un sitio de similares características en el desierto de Nevada, la URSS no se quería quedar atrás.
Para ello, trasladó su más alto equipamiento militar y nuclear a una estepa solitaria en la RSS de Kazajistán, perteneciente a la ciudad de Semipalátinsk.
Ensayos y prácticas nucleares en Semipalátinsk
La primera prueba de bomba nuclear, ocurrió en 1949, para aquel tiempo, Estados Unidos al menos había lanzado más de 50 pruebas en Nevada.
Para no quedarse atrás, el gobierno de Iosif Stalin quiso emular las acciones militares y científicas de su ahora enemigo, Estados Unidos.
Por ende, inauguró en una estepa solitaria, al que bautizó como la ciudad homónima, donde en 1949 se lanzó el primer ensayo nuclear con el prototipo RDS-1.
De hecho, las grandes esferas militares de la Unión Soviética, bautizó a este sitio como ‘el polígono’, siendo conocido más por aquel mote.
Durante ese tiempo de pruebas, se detonaron al menos 10 bombas atómicas por año, llegando hasta las 500 bombas de ese tipo hasta 1991.
Sin embargo, la elección de Semipalátinsk causó controversia, tiempo después de la caída del bloque socialista.
Para los altos jerarcas, este terreno era ‘idóneo’ para los ensayos nucleares, debido a que se encontraba ‘deshabitado’, teniendo en cuenta que la ciudad principal estaba a 150 km.
No obstante, hubo un error de cálculo, o tal vez, desconocieron de un inmenso territorio como lo fue la URSS en su tiempo.
Un pueblo expuesto a las más altas radiaciones
Este secreto de estado nunca se confirmó durante la existencia de la URSS, sino, después, de la caída del gigante soviético.
Los científicos que operaban en la zona de pruebas atómicas, obviaron que Semipalátinsk no estaba del todo ‘desolado’.
De hecho, a menos de 100 kilómetros de distancia, se encontraba un pueblo que sería llamado Kurchatov, cuyos habitantes eran campesinos desplazados por la II Guerra Mundial.
La mayoría de los pobladores recibieron dosis altas hasta letales de radiación, producto de los ensayos.
Para la guinda al pastel, los campesinos divisaban en el cielo, el hongo nuclear y notaban que el cielo se oscurecía de repente.
Por si fuera poco, los campesinos se expusieron a tales dosis ante el desconocimiento de los efectos que podían producir a corto o largo plazo.
Los primeros hallazgos de malformaciones congénitas se dieron cuando, las mujeres daban a luz en la ciudad de Semipalátinsk, ante el asombro de los bebés que nacían.
Asimismo, muchos morían de cáncer, leucemia y de otras enfermedades inmunológicas, todos ellos de manera inexplicable.
Tras el descubrimiento de un pueblo cercano al sitio de pruebas, el gobierno soviético, de turno, se hizo de la vista gorda y siguió experimentando con bombas atómicas.
Un crimen totalmente oculto
Los casos de cáncer, enfermedades teratogénicas y congénitas crecían en los pobladores de Kurchatov, mientras se reportaban los casos a Moscú.
En las altas esferas del gobierno soviético existían temores, más bien de índole nuclear, y era igualar o superar a los Estados Unidos.
De esta manera, los casos quedaron en el olvido, y solo se trataban hasta prolongar la agonía con los escasos recursos de esa ciudad.
Kuyakov nació sin extremidades superiores, debido a que su madre fue una de las afectadas por la exposición a la radiación en el pueblo de Kurzhakov.
Tras intentar ocultarlo los casos de radiación, la verdad sale a la luz, y diversas organizaciones se pronunciaron en contra de las actividades nucleares en Nevada y Semipalátinsk.
Un sitio abandonado
El final de la Guerra Fría dejó a un estado soviético colapsado tras varias protestas en las principales ciudades.
Por ende, se independizaron las repúblicas soviéticas, entre ellas, Kazajistán, lugar donde quedaba el sitio de pruebas atómicas.
Con el nuevo liderazgo, el sitio fue cerrado en 1991 y exigieron a Moscú (Rusia) hacerse cargo de los equipos atómicos en ese territorio.
Los rusos se negaron, ya que el nuevo gobierno estaba en contra de las políticas de la URSS, y ‘el polígono quedó en completo abandono’.
Posteriormente, el antiguo director de este sitio intentó contrabandear armamento para otros países hasta ser descubierto.
Del mismo modo, el vandalismo también fue partícipe, sin importar la exposición de los efectos de la radiación.
De a poco, el gobierno kazajo se fue desprendiendo de este sitio hasta quedar abandonado, a partir del año 2001.
Con el paso de los años, las instalaciones sufrieron de actos vandálicos, robos y de los efectos climáticos.
Por otro lado, la ciudad se renombró a Semay, apenas ocurrió la independencia.
Finalmente, la ONU escogió el 29 de agosto de 1991 (coincidiendo con el cierre de Semipalátinsk), como el Día Internacional contra los Ensayos Nucleares.
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