El 20 de agosto de 1989, ocurrió un crimen dantesco en la que, se vieron involucrados una familia, para ser más específicos, dos hermanos, quienes a sangre fría y sin remordimiento, ejecutaron a sus propios padres en un barrio de alta alcurnia en California, Estados Unidos. Dicho caso conmocionó a Estados Unidos y del cual, se sigue hablando a más de treinta años del suceso. En nuestro segmento de Casos más Sonados, abordaremos el expediente de “Los Hermanos Menéndez”.
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¿Quiénes eran los hermanos Menéndez?
Los protagonistas de este dantesco crimen, son Joseph Lyle y Erik Galen Menéndez, hijos de dos ejecutivos del entretenimiento estadounidense, José Menéndez y María “Kitty” Anderson.
Josep Lyle Menéndez, el mayor de los dos hermanos, nació el 10 de enero de 1968 en Princeton, Nueva Jersey, y su hermano, Erik Galen Menéndez, nacido el 27 de noviembre de 1970, en la misma ciudad.
Ambos hermanos crecieron en Princeton, su ciudad natal, un suburbio residencial en Nueva Jersey, donde, además, realizaron sus estudios académicos.
Los padres eran ejecutivos de una empresa cinematográfica, que, por cuestiones laborales, debían mudarse a California.
Allí, se establecieron en Beverly Hills, donde María, se dedicó a más tiempo con su familia, en los quehaceres del hogar y la educación de Joseph y Erik.
Por su parte, la vida que tenían los Menéndez eran de lujos, mejores escuelas y un futuro prometedor, debido a la fortuna que amasaron sus padres en el mundo del entretenimiento.
Sin embargo, detrás de una fachada de “familia perfecta” y bien posicionada, se escondían turbios secretos que salieron a la luz en la noche del 20 de agosto de 1989.
La noche del asesinato de sus padres
Tras pasar una tarde en familia en un recorrido por un yatch club rentado, pescando como una salida familiar normal, el plan de ejecutar a sus padres debía realizarse.
Para ello, diseñaron una coartada que sería la predilectas con la finalidad de no ser descubiertos en el doble asesinato.
De regreso al hogar, los padres cansados de la visita familiar, decidieron relajarse, viendo una película de James Bond “La Espía que me Amó” en su habitación.
Por otro lado, los hermanos salieron a comprar los materiales para cometer el crimen, decidieron emprender la abominable acción a las 9:56 p. m.
A esa hora, el padre se encontraba viendo la película en el estudio, en ese instante, Erik accionó una escopeta Mossberg calibre 12 en la parte posterior de la cabeza de su padre, José.
El estruendo del disparo, hizo despertar a Kitty que se encontraba en su habitación dormida, y al despertarse, fue recibida por un impacto de bala en su pierna, propinado por su hijo, Joseph.
La mujer se resbaló en su propia sangre, y acto seguido, Joseph, con la escopeta, terminó de ejecutarla, con tiros en el pecho, cabeza y brazos.
Luego de perpetrar el vil plan, se retiraron como si nada hubiese pasado y se dirigieron en el carro del padre, donde abandonaron las escopetas en la carretera Muholland Drive.
La coartada perfecta
Posteriormente, los hermanos se dirigieron al cine cercano de su vivienda y compraron dos entradas para la función de “Licencia para Matar” de la saga fílmica de James Bond.
A las 23:47 (hora local), los hermanos llegaron a la vivienda y encontraron los cuerpos de sus padres, y rápidamente, llamaron al 911.
En ese momento, Joseph mencionó con una voz exclamativa ¡alguien mató a mis padres!, los cuerpos policiales interceptaron la llamada y se dirigieron hacia el 722 de North Drive Elm en Beverly Hills.
Pese a la coartada que planearon los hermanos Menéndez, la policía los tomó como principales sospechosos, debido a que el conjunto residencial era altamente seguro.
Sin embargo, no existieron pruebas iniciales y las investigaciones siguieron su curso hasta que, meses después, los hermanos Menéndez derrocharon 14 millones de dólares de la fortuna familiar.
El derroche de dinero fue la clave para su culpabilidad
La fortuna de los Menéndez se hizo añicos en apenas cinco meses después del asesinato de José y Kitty, mientras sus hijos vivían de lujo y derroche.
Rápidamente, los investigadores que llevaban el caso de los asesinatos notaron que los hermanos gastaban la fortuna en lujos y viajes.
Ese comportamiento de los hermanos, hicieron que las sospechas recayeran en ello y se procedió a investigarlos.
Según los informes preliminares del FBI, los hermanos en apenas 6 meses ya había gastado más de un millón de dólares solamente en viajes al exterior.
Por si fuera poco, los hermanos se mudaron de Beverly Hills, rentando dos apartamentos lujosos, tipo “penthouse” en Marina del Rey, California.
Una confesión que los llevó a la cárcel
Antes de su asesinato, Kitty había sospechado que sus hijos fuesen sociópatas, y eso lo confesó a su psiquiatra, que la trataba de trastorno de ansiedad.
Tras el asesinato de Kitty, Erik acudió al psiquiatra, el mismo que trató a su madre, y en una de las sesiones, le confesó el dantesco crimen.
Erik amenazó al psiquiatra de matarlo, en caso de que, el médico le avisara a la policía, pero arriesgando su propia vida le dio la información valiosa a los efectivos.
Con la información recaba y luego de dos años y medios de los crímenes, los hermanos Menéndez fueron acusados de ser los autores materiales e intelectuales de los homicidios de sus padres.
El 8 de diciembre de 1992, el Gran Jurado de Los Angeles procedió a la orden de captura de los hermanos Menéndez.
Captura y juicio de los hermanos Menéndez
La policía procedió a capturar a los Menéndez por el asesinato de sus padres, y rápidamente, la noticia se expandió por todos los medios.
La abogada defensora de los Menéndez, expresó que los hermanos eran sometidos a abusos sexuales y psicológicos por parte de sus progenitores.
Por lo tanto, mencionó que los hermanos cometieron el doble homicidio, cansado de los abusos de sus padres.
Sin embargo, esta afirmación de la defensa se desestimó, al comprobar los gastos y derroches de los dos jóvenes.
A su vez, no hubo evidencia que sustentarán la afirmación de los Menéndez sobre los abusos de sus padres y el carácter autoritario del progenitor sobre ellos.
De esta manera, el jurado rechazo por unanimidad la teoría del “abuso” y se enfrascaron, que, los hermanos Menéndez cometieron el crimen para apoderarse de la fortuna familiar.
Tras cuatro años de juicio, el 2 de julio de 1996, el juez Stanley Weisberg condenó a los hermanos a pasar cadena perpetua sin libertad condicional, por los cargos de asesinato en primer grado y conspiración de homicidio.
Por su parte, los hermanos fueron separados y cada uno quedó en cárceles de máxima seguridad distinta, y aislados como presos de peligrosidad.
Después de dos años del veredicto, los abogados intentaron apelar para la reducción de la condena, pero los jueces votaron a que se mantuviera en cadena perpetua.
¿Qué ha sido de la vida de los hermanos Menéndez en prisión?
Tras el veredicto, los hermanos Menéndez quedaron en cárceles distintas:
Joseph Lyle quedó confinado en la cárcel de máxima seguridad de Mule Creek State Prision, una prisión estatal de California.
Allí, estableció una relación por correspondencia con una exmodelo Anna Ericksson, del cual, se casaron, pero su matrimonio duró un año, luego de infidelidad por parte de Joseph Lyle.
Posteriormente, a la edad de 35 años, en el año 2003, se casó con una editora, llamada Rebecca Sneed de Sacramento, en una ceremonia sencilla, tras 10 años de relación amistosa y sentimental.
En la actualidad, Joseph Lyle tiene 53 años de edad y se encuentra confinado en otra prisión (desde 2018), en la correccional Richard J. Donovan de San Diego, California.
En cuanto a su hermano Erik Galen, estuvo en la Prisión Estatal de Folsom, y allí, conoció por correspondencia a una mujer originaria de Texas.
No obstante, el matrimonio duró un año, y en 1999, se casa en segundas nupcias con Ruth Tammi Saccoman de 37 años, y que tuvo una hija con él.
A su vez, Erik los trasladaron a la misma correccional donde se encuentra su hermano, y allí, trabaja como conserje nocturno de la prisión.
Actualmente, Erik tiene 52 años (con la emisión del post) y una hija de 26 años con Tammi Saccoman.
Los hermanos Menéndez, tras más de 10 años, se pudieron reencontrar en 2018, cuando se les dio cierta libertad de relacionarse con otros reos en la prisión de San Diego.
Un dato curioso
Los hermanos Menéndez han tenido diversas apariciones en entrevistas y medios luego del juicio por el asesinato de sus padres.
Sin embargo, un hecho totalmente notorio y curioso, fue cuando aparecieron en una barajita o sticker del basquetbolista de la NBA, Mark Jackson, cuando militaba en New York Knicks.
Al fondo y al lado izquierdo del basquetbolista, aparecen los dos hermanos Menéndez, un día antes de cometer el vil asesinato de sus padres.
Este hecho fue anecdótico y a la vez macabro, siendo una foto que esconde un secreto turbio y triste.
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