La Botica Francesa de Cuba
¿Sabías qué? Curiosidades

La Botica Francesa de Cuba: Un patrimonio del Caribe

Existe un lugar único en el mundo en forma de museo, ese sitio data del siglo XIX y es el único museo farmacéutico del mundo, y se le conoce como la botica francesa del doctor Triolet, que se encuentra en Cuba. Del cual abordaremos en el siguiente post y también, en un vídeo que puedes hacer clic al final del artículo.

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¿Cómo se fundó la Botica Francesa de Cuba?

Imagen: Pinterest.

El Museo Farmacéutico o popularmente conocido como “La Botica Francesa”, fue fundado en 1882 por el doctor Ernesto Triolet, un farmacéutico francés que llegó a Cuba a mediados del siglo XIX y conoce a un colega suyo, el doctor Juan Fermín de Figueroa.

Durante las constantes visitas, Fermín de Figueroa, un amigo colega que conoció en Matanzas, le propuso un negocio.

El doctor Triolet lo pensó y en una de sus visitas, conoce a María Dolores, hermana de su socio.

Con el pasar del tiempo, Triolet se casa con Dolores y el negocio familiar va viento en popa.

Posteriormente, Triolet, Figueroa y otro familiar, establecieron una botica al estilo francés con acabados muy similares a sus homólogas del Viejo Continente.

Para levantar el negocio, Fermín de Figueroa aportó un capital financiero para el levantamiento de la botica, mientras, Troilet se encargó de sus conocimientos científicos para la elaboración de los productos farmacéuticos a los más altos estándares europeos traídos a la isla.

La popularidad de la botica

La Botica Francesa de Cuba
Ernesto Triolet. Imagen: Pinterest.

Al inicio no fue tarea fácil tanto para el doctor Troilet como su socio, Fermín de Figueroa, ya que, en Cuba, los matanceros se trataban con plantas endémicas.

Tras dos años entre conseguir el capital financiero y el levantamiento de la obra, la botica se inauguró, oficialmente, el 1 de enero de 1882, acudiendo algunos vecinos de la zona, y por supuesto, las familias Triolet-Figueroa.

De a poco, los vecinos les empezó a llamar la atención, la nueva botica y se adaptaron al cambio de la medicina alternativa por los fármacos, ungüentos y pociones.

Rápidamente, la demanda de los medicamentos “milagrosos” se hacía eco y Triolet al ver que se cosechaba el éxito de la botica, decidió hablar con algunos de sus colegas en Alemania, Italia, China, Estados Unidos y de su tierra natal, Francia, para la elaboración de medicamentos y traerlos a la isla.

Exposición Universal de París (1900)

En el marco de la Exposición Universal de París en 1900, los doctores Triolet y Figueroa acudieron a la gala, y el médico francés deleitó a los presentes con una grandiosa disertación y la muestra de once productos patentados por él.

Tras la presentación de Triolet dejó a los asistentes sorprendidos y le valió la condecoración con la medalla de bronce, gracias, al Jarabe de Café.

Dicho jarabe tenía propiedades medicinales y beneficios como para aliviar la tos y mejorar la respiración en los asmáticos.

Luego de su participación en tal evento de gran envergadura, Triolet y Figueroa volvieron a la isla para seguir sirviendo al pueblo.

No solo era para los ricos

Los estusiastas Triolet y Figueroa, decidieron seguir innovando con sus productos y tener más patentes dentro de Cuba.

Al principio, acudían a la botica, la gente de la alta sociedad matancera y personas ligadas al gobierno de turno, pero Triolet, nunca se olvidó de sus vecinos y la clase trabajadora.

Para ello, decidió no cobrar por sus servicios a la gente de escasos recursos, sino, pagó de sus honorarios para que no faltara un medicamento de calidad a cada familia de Matanzas.

Según algunos historiadores, esta acción pudo haber conllevado en el distanciamiento, años después, de Fermín de Figueroa con Triolet, pero dicha información, nunca se ha podido comprobar.

Una inesperada muerte

El éxito de la “boutique” era incuestionable y rápidamente, los productos se expandían a todo el territorio cubano.

Sin embargo, una inesperada noticia sacudió a la ciudad, y fue el fallecimiento del doctor Triolet en los primeros meses de 1901.

Ante tal panorama, Figueroa siguió como benefactor de la botica y María Dolores, con sus hijos, aun menores, debió emprender el negocio familiar con entereza y valor.

Antes de conocer a Triolet, María Dolores de Figueroa se graduó como farmacéutica en el Colegio de Farmacia de Nueva York en 1880.

María Dolores regresó a Cuba y luego de su matrimonio con Triolet, decidió embarcarse en el negocio de la farmacéutica.

Simultáneamente, en 1886 se graduó de doctora en farmacia en Cuba, siendo, la mano derecha del negocio de su esposo.

Tras la repentina muerte de Triolet en 1901, siguió al mando de la botica, Dolores por 36 años, hasta un breve período en la que estuvo su sobrino, el doctor Ernesto Valdés Figueroa.

El negocio familiar hasta 1964

La Botica Francesa de Cuba
Imagen: Pinterest.

Durante muchos años, la señora Dolores siguió al frente del negocio, al igual que su hijo mayor, Ernesto Luis Triolet Figueroa.

A pesar de su edad, mantuvo al frente del negocio y estaba atenta a la elaboración de las pócimas, jarabes y cremas del recetario de su difunto marido.

En 1944, Dolores murió en La Habana, a la edad de 81 años.

Por otro lado, Ernesto Luis y su primo Valdés Figueroa continuaron con el negocio de sus padres, manteniendo la esencia de otrora.

Con el triunfo de la Revolución Cubana en 1959 y el auge del Comunismo en la isla, tocaba en las narices de los negocios familiares, y la botica francesa no sería la excepción.

Sumado a ello, el establecimiento de control de precios y producción, hacía mella en la regulación de medicamentos y la calidad de los mismos, siendo una constante amenaza para el negocio de los Triolet-Figueroa.

Para 1963, el proceso de nacionalización se expandió por todo el territorio cubano y concretamente, el 29 de noviembre de ese mismo año, funcionarios del castrismo tocaron a la puerta de la botica.

La orden era clara, adquirir el negocio a toda costa sin ningún tipo de restricciones y con profundo dolor y lleno de recuerdos, Ernesto Triolet Figueroa debía vender, a un precio que jamás se reveló, la botica francesa de su padre y tío.

Pese a que ya la botica no pertenecía a la familia, sino al Estado cubano, se siguió vendiendo productos de la farmacia hasta el 16 de enero de 1964, fecha que se estableció como botica activa.

El gobierno castrista le dejó la propiedad donde vivía y que era un edificio consiguiente de la farmacia, pero el negocio quedó en manos de los comunistas.

Como museo farmacéutico

Tras 82 años de servicio al público, la botica francesa de Cuba se convirtió en un museo farmacéutico, a partir del 30 de abril de 1964.

Las puertas quedaron abiertas para la exposición de materiales que empleó el doctor Triolet, además, de los recetarios, libros y anotaciones del científico.

Por su parte, en el interior se puede divisar la caja registradora del siglo XIX, además, de pipetas, matraz, probetas y otros utensilios químicos.

En ellas se pueden apreciar colecciones de potes de porcelana francesa, frascos de vidrio tintado norteamericanos, etiquetas de papel y cristal, ingredientes naturales y libros de recetas que se utilizaban para preparar los remedios.

Con el pasar de los años, los turistas europeos se interesaron por recorrer el interior de este museo, y de transportarse a aquella época de finales del siglo XIX hasta mediados del XX.

De hecho, si viajas a Matanzas y no visitas al museo farmacéutico del doctor Triolet, es como que si nunca visitaste esa provincia.

 

Conclusión

El Museo Farmacéutico es un lugar único que nos permite viajar en el tiempo y descubrir los secretos de la farmacia del siglo XIX.

Es un testimonio vivo de la historia, la cultura y la ciencia de Cuba y del mundo.

Si visitan Matanzas, no dejen de conocer la botica francesa de Cuba, un monumento histórico de esta tierra.

Por último, dejamos un vídeo de nuestro canal secundario en YouTube de HistorInformados, donde puedes disfrutar de este material en formato audiovisual.

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Marines Boy de García

Redactora SEO y cofundadora de Dossier Interactivo.

Fundadora de TuCigüeña

Madre de tres y esposa. Médico de profesión y amante de la psicología, lectura, memes, películas y series.

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