La inclusión de los Estados Unidos en la II Guerra Mundial, pudiésemos decir que fue de manera ‘accidental’, y se debió con el ataque a Pearl Harbor, una base militar-naval en Hawái.
Dicho ataque dejó en estado de contrariedad y perplejidad a la nación de las barras y las estrellas, dejando sin efecto, en ese momento, una respuesta inmediata de la marina estadounidense.
De este modo, el ataque a Pearl Harbor significó la entrada de Estados Unidos a la II Guerra Mundial, y el futuro de la victoria aliada en ese conflicto.
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Contexto histórico antes de Pearl Harbor
1939, Alemania había invadido a Polonia y a su vez, se mostraba con fuerza el Eje: Berlín-Roma-Tokio, donde Francia y Reino Unido declararon la guerra dos días después de la invasión.
Reino Unido, ante el inminente avance de los nazis en Europa, había expresado su preocupación y alianza con el presidente estadounidense, Franklin D. Roosevelt.
Sin embargo, Estados Unidos había apoyado en su momento a los aliados con préstamos y armamento, pero sin introducirse de lleno al conflicto.
En el lado estadounidense, veía con preocupación el expansionismo japonés en el Pacífico, en especial, con los conflictos anteriores en las primeras décadas del siglo XX.
Por otro lado, Japón quería conseguir a toda costa los dominios neerlandeses, franceses y británicos, quienes estaban golpeados con el avance nazi en Europa.
De esta manera, ampliar sus dominios en el Pacífico era una meta probable, pero en frente tenían a un enemigo peligroso: Estados Unidos.
En la década de los 30, Japón había realizado operaciones exitosas en China, aprovechando el contexto de la guerra civil y adentrarse a otros dominios.
No obstante, Reino Unido, Francia y Estados Unidos sugirieron asistir a China para fines armamentísticos y evitar el expansionismo nipón.
Pese a ello, la guerra se desató en Europa y Alemania tuvo como aliado al Imperio japonés bajo la figura de Hirohito.
Plan estratégico para atacar a Estados Unidos
Con la guerra consumada, Estados Unidos seguía en un estatus bajo perfil, pero movilizando su flota de San Diego a Hawái en el Pacífico.
De igual manera, la administración Roosevelt solicitó el rearme en Filipinas, para intentar alertas a la armada japonesa.
Entretanto, el alto mando japonés pensó que un hipotético ataque a las colonias británicas en el Pacífico, iba a significar la entrada de Estados Unidos a la guerra.
Sin embargo, Estados Unidos en ese momento velaba por sus intereses y no quería inmiscuirse en una guerra ajena.
Para ese entonces, el arquitecto y la mente maestra detrás de los ataques a Pearl Harbor, fue el almirante Isoroku Yamamoto.
Yamamoto era incrédulo de una victoria japonesa sobre Estados Unidos, pero en el concierto bélico, era su obligación explorar algunas posibilidades de triunfo.
Para 1941, las tensiones entre Estados Unidos y Japón se incrementaron, debido a la suspensión de petróleo a territorio nipón.
Con las tensiones acrecentadas, Yamamoto pidió al capitán Minoru Genda, la posibilidad de un ataque aéreo en la nueva flota en Pearl Harbor.
El plan se ponía en marcha, pese a las contrariedades entre Genda y el contraalmirante Takijiro Onishi y las órdenes de Yamamoto.
Entretanto, Yamamoto explicaba la posibilidad de ocupar una buena masa de armada, pero los superiores lo vieron inviable esta propuesta.
Pese a los obstáculos, Yamamoto convenció al Estado Mayor de la Armada Imperial, ante la posible dimisión de todo su equipo.
La aceptación del plan tomó forma y el ataque se pautó para el lunes 8 de diciembre de 1941, domingo 7 en Hawái.
Contra todo pronóstico
El plan de ataque a Pearl Harbor se ejecutaba y Yamamoto tenía los puntos estratégicos para los bombardeos.
Dicha planificación final fue presentada ante el emperador Hirohito el 2 de noviembre y se esperó hasta el 30 de ese mes para las negociaciones.
Los objetivos eran Pearl Harbor, Filipinas, Tailandia, Birmania, Malasia, Hong Kong, Guam y Wake, tomando las Indias Orientales Neerlandesas.
Sumado a ello, pretendían estos ataques destruir la flota estadounidense reunida en el Pacífico, doblegando los dominios a favor del imperio nipón.
Este golpe supondría el inicio de las negociaciones y el cese de las hostilidades de Estados Unidos a Japón.
Pese a los objetivos planteados por la Armada imperial, se obvió algunos de mayor relevancia, como las posiciones de la flota y el personal en Pearl Harbor.
Por otra parte, Estados Unidos no tenía el grueso de su flota (tres portaaviones de relevancia) en Pearl Harbor, lo que significa, en el fallo de cálculo en los japoneses.
Ante las posibles desventajas, Yamamoto prosiguió el plan y el día estaba previsto para realizar una maniobra letal.
Ataque a Pearl Harbor: Entrada de Estados Unidos a la guerra
La flota japonesa se encontraba lista, en días previos, para la orden final de ataque a la base estadounidense.
Entretanto, la primera oleada se acercó a Oahu, un radar estadounidense ubicado en Punta Opana.
Sin embargo, el radar estaba en modo de prueba y no estaba activo, en consecuencia, no divisó lo que se avecinaba.
Del lado estadounidense, se encontraba en Pearl Harbor, el almirante Husband Kimmel y su colega, Walter Short.
Kimmel llevaba poco tiempo en Pearl Harbor y era el encargado de las operaciones navales en esa base.
Era el día domingo en Pearl Harbor, y el ataque le tomó de sorpresa a todos, tanto para la primera como la segunda oleada.
Por su parte, los pilotos japoneses recibieron órdenes precisas, atacar a los acorazados y portaaviones, o en su defecto, cruceros y destructores.
Entretanto, los bombarderos en picado atacarían a los cazas y objetivo en tierra, destruyendo todo a su paso.
Como resultado, el primer ataque fue orquestado por 183 aeronaves desde el norte de Oahu.
En cuanto al segundo ataque, estuvo a cargo de Shigekazu Shimazaki, con 171 aviones, excluyendo cuatro naves que no despegaron por problemas técnicos.
Inicialmente, se orquestó una tercera oleada de ataques, pero no se realizó, debido a la rápida respuesta antiaérea de los estadounidenses.
Asimismo, Japón tenía pensado realizar el ataque, inmediatamente, de notificar la finalización de la tregua, pero descartaron esa idea.
Declaración de guerra de Estados Unidos
Al día siguiente del ataque, el presidente Roosevelt firma el acta conjunta de declaraciones de guerra a Japón, oficializando en el Congreso de Estados Unidos.
La transmisión de belicismo corrió rápidamente entre los políticos y los pobladores estadounidense.
De hecho, la aprobación de la declaración de guerra a Japón, contó con casi toda la unanimidad, a excepción de un voto.
Por otro lado, Roosevelt solicitó al congreso las medidas de economía de guerra y preparó los avances en el Pacífico y Europa.
Una de las consecuencias que pesó posteriormente a Japón, fue la unidad estadounidense jamás vista en la II Guerra Mundial.
De igual forma, los historiadores creen que el ataque japonés a Pearl Harbor, significó la dura derrota de Japón que se materializó en 1945 con las bombas atómicas.
En el bando japonés, no previeron que el ataque despertaba al gigante dormido y se embarcaron en la victoria.
Por su parte, el personal en Pearl Harbor logró recuperar algunos recursos de guerra para reparar a los buques de guerra, quienes entraron de nuevo en funcionamiento.
Consecuencias de Pearl Harbor
Pese a que fue una victoria japonesa, eso afectó la moral y posteriormente, se corroboró en unificación de los estadounidenses.
En el concierto del Pacífico, Estados Unidos orquestó planes de ofensiva y contraofensiva en las colonias del dominio japonés.
Otra de las consecuencias de Pearl Harbor, fue que Estados Unidos avanzó no solo en el Pacífico, sino, como potencia aliada en Europa.
De este modo, millones de voluntarios estadounidenses decidieron entrar a la guerra, transformando a los norteamericanos en una potencia militar.
Tras el ataque, Estados Unidos tomó varios objetivos de la Armada imperial, entre ellos, Yamamoto.
El almirante Yamamoto murió de un ataque orquestado en 1943, cuando se encontraba de visita en una de las bases en Islas Salomón.
Yamamoto recibió dos impactos de bala en el hombro y la cabeza, el 18 de abril de ese año.
No obstante, en Japón se anunció su muerte el 21 de mayo, realizándose un funeral de estado.
En el lado estadounidense, el almirante Kimmel fue degradado, debido a su actuación en Pearl Harbor al igual que Walter Short.
De hecho, la carrera de Kimmel y Short no volvió a ser igual, y de hecho, se les condenó públicamente por ser incapaces de responder ante el ataque japonés.
Han surgido diversas teorías que avalan lo injusto que fueron con ambos contraalmirantes, siendo objeto de polémica en la actualidad.
Finalmente, el ataque a Pearl Harbor condenó a Japón, despertando a un gigante dormido, siendo el preludio de una victoria que conllevó a la derrota japonesa en la II Guerra Mundial.
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