El fútbol argentino es de prestigio y jerarquía en el mundo, contando con historia tanto en selección como de clubes. Sin embargo, un hecho marcó en Argentina, y fue el descenso histórico de River Plate, uno de los clubes más ganadores en Sudamérica.
Para este post, dedicaremos especial atención al descenso de River Plate, un hecho que enmarcó el fútbol argentino en ese tiempo.
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Antes del descenso
River Plate era uno de los pocos equipos argentinos que no habían descendido a la Primera B Nacional.
Sin embargo, estuvo a punto de rozar el descenso en los años 2008 y 2009, bajo la dirección de Diego Simeone, y posteriormente, de Néstor Gorosito.
Por otro lado, la directiva administrativa seguía sin rumbo y el plantel no contaba con buenos resultados en el campeonato local y torneos internacionales.
De hecho, en esos años, River no acudiría a torneos internacionales y para completar, al estar de último afectaría su promedio en la tabla general para el descenso.
En cuanto al rendimiento, la temporada 2008 sería considerada la peor de la historia para la institución millonaria, quedando de último en dicho torneo.
Para la temporada siguiente, y con Gorosito a la mano, el club seguía cosechando resultados muy irregulares.
Las alarmas se encendieron cuando quedaron eliminados en la primera fase de la Libertadores y durarían casi 7 años para que volverían a esa competición.
Por otro lado, las goleadas estrepitosas ante San Lorenzo y Huracán, confirmaban el mal momento de la institución en cuanto a resultados.
Nueva presidencia y siguen los malos resultados
Para el año 2009, se convocaron a elecciones presidenciales del club, donde un viejo conocido, Daniel Pasarella obtendría la mayoría de los votos.
Sin embargo, la nueva presidencia poco pudo hacer para evitar los malos resultados y el equipo bonaerense seguía por el mal camino.
La impotencia se acrecentaban en los hinchas de River, quienes exigían la destitución de Gorosito, hecho que ocurrió con la derrota ante San Lorenzo.
En diciembre de 2009 con Pasarella a la cabeza, se eligieron los nuevos ocupantes de los cargos administrativos para levantar el animo y resultados del conjunto millonario.
Si bien es cierto que el club empezó a tener una leve mejoría, su ubicación no lo era, al terminar en ese año en la posición 14.
Con la llegada de Leonardo Astrada, los resultados parecían evitar el descenso.
Por su parte, las alarmas del descenso seguían y el equipo tenía, además, otros problemas como deudas que derivaban de la gestión anterior.
A pesar de las adversidades, los fanáticos no creían en el descenso, y confiaban en el resurgimiento del equipo, pero el panorama pintaba lo peor.
2010 en dificultades
Astrada se marcha del club por diferencias con la directiva, y en su lugar llega Ángel Cappa para hacerse cargo de la dirección técnica.
Los resultados parecían acompañar a River, pero los registros anteriores seguían perturbando la mente de los fanáticos.
En el torneo clausura, River consiguió 22 unidades, que los ubicaba en la tabla general en la posición 12.
Por su parte, la directiva tenía un gran problema, ya no podía contar con la mejor actuación del Apertura 2008, razón que obligaba al equipo a mejorar su actuación en 2010.
Sin embargo, los malos resultados siguieron viniendo y Cappa fue destituido, entrando en su lugar, Juan José López.
Con López las cosas parecían pintar bien, en especial, con una victoria en el Monumental ante su acérrimo rival Boca Juniors.
Sumado a ello, los resultados acompañaban a López, que culminaría en la cuarta posición de ese torneo.
Pese a un buen rendimiento, la general condenaba a River Plate en la última posición y afrontaban el año 2011 con una difícil misión: evitar el descenso.
Algo inédito: jugar la promoción
Afrontar el 2011 fue tortuoso para las aspiraciones de River Plate, que debía evitar a toda costa el descenso y para ello, tenía la obligación de quedar en lo más alto en el torneo.
La directiva le dio la confianza a López ratificándole en el cargo de D.T, donde en las primeras 8 jornadas se mantuvo de puntero.
Pese a ello, los resultados negativos empezaron a llegar, y las preocupaciones seguían soltando chispa en la institución rioplatense.
Una seguidilla de empates y derrotas, donde destaca los reveses ante Boca, San Lorenzo, All Boys, Newell´s y Vélez, condenaban a River.
En la última jornada, River debía enfrentarse a Estudiantes de La Plata, pero un descalabro, los condenó a disputar la promoción ante Belgrano.
Belgrano, había cerrado su participación en la B Nacional, al ubicarse en el puesto 4 de la tabla general, y debía enfrentarse a River Plate.
El partido de ida se iba a disputar en Córdoba, el 22 de junio de 2011, mientras, que la vuelta, estaba pautada para el 26 de junio en el Monumental.
El descenso de River Plate
Los aficionados se mostraban esperanzados ante Belgrano, pero el partido de ida en Córdoba, terminaban de encender las alarmas.
Por otro lado, el partido se mostró trampa para River, que se vio minimizado por un rival que buscaba a toda costa sentenciar en su propio feudo.
El resultado significó una victoria para el conjunto pirata que venció 2-0 a River, con goles de César Mansanelli y Pereyra.
Ante la derrota en Córdoba, el conjunto comandado por López, debía ganar sí o sí en el Monumental.
La vuelta pintaba un colorido espectáculo ante 65.000 espectadores que se dieron cita en el Monumental.
River presionó ante todo a Belgrano y a los 5 minutos, Mariano Pavone ponía el 1-0, ante la explosión de algarabía de los aficionados.
Los ataques incesantes del local, fueron repelidos por Juan Carlos Olave, que evitó males mayores antes las aproximaciones del equipo rival.
Lo peor llegó y el Monumental se silenció, cuando Guillermo Fabré puso el empate a 1, en el minuto 61.
Por otro lado, la afición siguió alentando, y debía marcar tres goles más para evitar el descenso y el tiempo se veía reducido.
Los ataques de River no daban frutos y lo peor se consumaba en los minutos finales del encuentro.
Condenados al infierno
El árbitro Sergio Pezzotta pitó el final y lo que se vino fue desolación, tristeza, anarquía y protestas, exigiendo a la directiva explicaciones.
Los miembros del club Belgrano tuvieron que salir resguardados por los cuerpos de seguridad, mientras los hinchas saltaban en el Monumental enfrascando a los jugadores y directiva.
Por su parte, se reportaron diversas protestas en el área metropolitana, donde se registraron saqueos y hechos vandálicos.
Entretanto, el árbitro Pezzotta refirió recibir insultos y amenazas por parte de miembros de la barra brava de River.
En cuanto a las repercusiones, River Plate tuvo graves consecuencias económicas, y algunos de sus jugadores estelares emigraron a otros clubes o Europa.
De acuerdo con algunas reseñas en los noticieros, algunos fanáticos cometieron suicidio ante el descenso de River Plate.
Finalmente, algunos jugadores que antes hacían vida en el club, regresaron para volver al equipo de sus amores de nuevo en la máxima categoría.
River Plate en la Primera B Nacional culminó campeón de la mano de Matías Almeyda, logrando un año después, el ascenso a la máxima categoría.
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