La Iglesia Católica ha tenido un papel fundamental dentro de la religión en la historia de la humanidad. Sin embargo, esconde secretos mejores guardados que no han salido a la luz, aunque, algunos sí salieron a la luz, siglos después. Ese es el caso de las monjas Josephine y María Rosenthal, una historia que dejará helado a más de uno y en el siguiente artículo, revelaremos.

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¿Quién era Josephine Rosenthal?

Josephine Rosenthal fue una monja que vivió en el siglo XVIII en el monasterio de Hohenwart, en Alemania.

Su historia es una de las más sorprendentes y misteriosas de la Iglesia católica, ya que se le atribuyó una concepción inmaculada, es decir, un embarazo sin haber tenido relaciones sexuales.

Según los testimonios de la época, Josephine nació y se crió en el monasterio, donde llevó una vida piadosa y ortodoxa. Su único contacto con hombres era el abad, pero su conducta fue escrutada para descartar cualquier falta de fe.

En 1742, cuando tenía 24 años, Josephine se quedó embarazada, lo que causó un gran escándalo y revuelo entre la iglesia católica.

Josephine afirmó que nunca había mantenido relaciones sexuales y que su embarazo era obra de Dios.

Ante la noticia, El Vaticano envió a un médico para examinarla y comprobar su virginidad. El resultado fue positivo: Josephine no tenía signos de haber estado con un hombre y tampoco presentaba ninguna anomalía física que explicara su estado.

Un embarazo inmaculado

Ante esta situación, El Vaticano declaró que Josephine había sufrido una concepción inmaculada, similar a la de la Virgen María.

Se consideró que era un milagro y una señal divina, y se trasladó a Josephine a una capilla donde podía ser venerada y rezada por los fieles. Se esperaba que su hijo fuera el segundo mesías o al menos un profeta.

No obstante, el destino de Josephine y su hijo fue trágico. Josephine murió al dar a luz, debido a la pérdida de sangre. Mientras, su hijo resultó ser una niña hermafrodita, es decir, que tenía órganos sexuales masculinos y femeninos.

Tras conocerse el sexo del bebé y constatar que era “hermafrodita”, fue visto como una aberración y una prueba de que Josephine estaba poseída por el demonio.

La trágica vida de María Rosenthal

Pasaron los años de aquel suceso, y la niña fue bautizada como María Rosenthal y siendo criada por las monjas del monasterio, que la consideraban santa y la protegieron del rechazo del Vaticano.

María creció rodeada de devoción y admiración, y demostró tener una gran inteligencia y carisma. Escribió dos tratados sobre el pecado original y la condena de la mujer, en los que pedía una revisión de la doctrina católica.

Sin embargo, sus escritos no fueron del agrado de la Iglesia Católica y a la vez, ignorados y condenados por El Vaticano, considerándola una hereje.

Según los escritos, María Rosenthal cuestionó el trato de la Iglesia hacia las personas, además, de las constantes burlas y maltratos que recibió por parte de las monjas del monasterio.

Entretanto, la iglesia ideó un plan para evitar que los escritos de María se esparcieran por toda Europa, y dicha idea era sacarla del camino.

Por ende, María debía morir a los 33 años, como la edad de Jesucristo, resaltando la “divinidad” de tal coincidencia.

Al enterarse María de la idea, decidió ella misma acabar con su vida, cortando su cuello y morir en una agonía a la edad de 33 años.

Según sus seguidores, su muerte fue voluntaria y simbólica, para luchar contra las fuerzas demoníacas.

Al encontrar el cuerpo de la muchacha, El Vaticano ordenó decapitar su cabeza  y enviada a la Santa Sede en Roma, donde se dice que aún se conserva en secreto.

Un secreto que salió a la luz entre sus seguidores

Rápidamente, se esparció la noticia (claro de manera extraoficial) sobre la muerte de María Rosenthal en el monasterio.

Algunos de sus seguidores, mencionaban que la cabeza de María Rosenthal fue resguardada en una caja de madera y en su frente, un rosario.

Asimismo, dentro de la caja hay un frasco con sangre de la misma María y una muestra de su cabello, además, de un escrito que revelaba el trato hacia las mujeres.

Para 1950, un grupo de científicos autorizados por El Vaticano, analizaron su cuerpo, evidentemente, encontraron, que la mujer tenía trastornos hormonales y caracteres sexuales únicos.

Por su parte, añadieron que Josephine y María podía autofecundarse sin ningún tipo de problemas, y se constató que ambas eran hermafroditas.

La monja endemoniada

Ahora bien, según algunos testimonios, dentro del monasterio, se suele escuchar el llanto, el caminar y la voz de María Rosenthal.

De hecho, en el monasterio suele escucharse de noche, algunas voces que provienen del cuarto y el lugar donde María se su1c1dó.

Por tal motivo, se le considera la “monja endemoniada”, además, de que en aquella época, el hermafroditismo era considerada como “demoníaco”.

Conclusión

La historia de Josephine y María Rosenthal es una de las más fascinantes y controvertidas de la historia religiosa.

Algunos la ven como un ejemplo de fe y milagro, otros como una farsa o una manipulación.

Lo cierto es que su legado sigue vivo entre los que creen en su santidad o en su rebeldía.

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