El Sitio de Leningrado
Historia

El Sitio de Leningrado “La resistencia soviética ante los nazis”

El sitio de Leningrado fue uno de los episodios más dramáticos y heroicos de la II Guerra Mundial. Durante 872 días, entre el 8 de septiembre de 1941 y el 27 de enero de 1944, la ciudad soviética resistió el asedio de las tropas alemanas y finlandesas, que pretendían conquistarla y aniquilar a sus habitantes.

El sitio de Leningrado fue parte de la “Operación Barbarroja”, el plan nazi para invadir la Unión Soviética y obtener sus recursos naturales y territorios. Leningrado era un objetivo estratégico para Adolf Hitler, ya que era la segunda ciudad más poblada y más industrializada del país, además de ser un símbolo del comunismo y la revolución bolchevique.

En el presente artículo, abordaremos los detalles sobre el asedio a esta ciudad soviética y las consecuencias que dejó en el futuro de la II Guerra Mundial.

Ver después: II Guerra Mundial: Historia y Repercusiones

¿Dónde queda Leningrado?

Esta ciudad ahora en el territorio ruso, tiene historia que va desde zares, bolcheviques y por supuesto, protagonismo en la II Guerra Mundial.

Su nombre anterior a lo que se conoce actualmente como San Petersburgo, era “Petrogrado”, una ciudad en honor al padre de la dinastía Rómanov, el zar Pedro I “El Grande”.

Por otro lado, esta ciudad formó parte de una de las capitales más prestigiosas en Europa durante los siglos XVIII y XIX.

De hecho, acá se ubicaba el antiguo Palacio del Invierno, una residencia de los zares dentro del Imperio ruso, cuya edificación fue hogar de diversos monarcas desde 1732 hasta 1917.

Con la caída del Imperio ruso y el estallido de la Revolución Rusa, el palacio se convirtió en el Museo del Hermitage.

Ahora bien, con la llegada de los bolcheviques al poder, liderando el derrocamiento del gobierno provisional, la ciudad tuvo un nuevo nombre.

Ese nombre fue “Leningrado”, que significa “la ciudad de Vladimir Lenin”, cuya identidad fue legaliza en 1924, con la llegada al poder de Iosif Stalin, en honor al otrora líder soviético.

La ciudad mantuvo su nombre desde 1924 hasta 1991, coincidiendo con el desmembramiento de la Unión Soviética, nombrándose a San Petersburgo, como se le conoce en la actualidad.

Contexto histórico de Leningrado

Al ser una de las ciudades principales de la Unión Soviética y con un ferviente simbolismo hacia Lenin, los nazis vieron dos puntos relevantes para atacar a la URSS.

Pese a que en agosto de 1939, la Alemania Nazi y la Unión Soviética firmaron el pacto de no agresión o conocido como “Ribbentrop-Molotov, los nazis traicionaron a sus aliados soviéticos para hacerse del control de las riquezas del gigante del este europeo y deshacerse del comunismo en Europa.

El primer punto para los nazis era infligir una derrota moral en dos ciudades principales: Leningrado y Stalingrado, que eran conmemorativas a los líderes soviético: Lenin y Stalin.

Por su parte, la debilidad mostrada en la Guerra del invierno entre la URSS y Finlandia, le dio una oportunidad extra para los nazis de atacar al gigante soviético y que mejor que hacerlo trasladando su grueso de artillería para la conquista de este vasto territorio.

Asimismo, Hitler vio que era una oportunidad para extender sus dominios, luego de la derrota sufrida en la Batalla de Inglaterra ante los británicos.

La confianza de Stalin por la firma del “tratado de paz” con los nazis, le pasó factura en las primeras de cambio.

Para lograr el cometido nazi, se ideó el plan en clave “Operación Barbarroja”, en 1940, durante el contexto de la II Guerra Mundial y el período de la “guerra boba”.

El plan fue presentado por el general Franz Halder, pero como meta inicial la toma de Moscú y proceder hasta el río Volga.

Sin embargo, debía convencer a un testarudo Hitler, que su afán era tomar las dos principales ciudades emblemáticas y obtener el petróleo del Caucáso.

Operación Barbarroja

El Sitio de Leningrado

El plan contó con la aprobación de Hitler y se conformaron tres grupos para avanzar hacia Moscú (Centro), Kiev (Sur) y Leningrado (Norte).

Para ello se empleó el grueso de la artillería al grupo que atacaría a Moscú, mientras, que el resto se esperaba que tomaran las ciudades sin ningún tipo de problemas.

De hecho, los oficiales nazis se sorprendieron cuando Hitler cambió de opinión y decidió tomar como mira principal a Leningrado.

Algunos intentaron persuadir al “Fuhrer” de que tomara a Moscú, dando una derrota moral en el contexto político, pero el líder nazi buscaba acceder a neutralizar la flota del Báltico.

De esta manera, se podía enviar recursos desde la Suecia ocupada con destino a Alemania, sumado a una derrota moral en la cuna del comunismo bolchevique.

Los nazis contaron con un antiguo enemigo de los soviéticos, Finlandia, quien buscaba vengarse de la derrota en la Guerra del Invierno.

Por ende, se aliaron con los nazis, enviando hombres y recursos para atacar sorpresivamente a los soviéticos.

El objetivo de Hitler era claro, arrasar con Leningrado y ceder las áreas del norte del río Nevá a los finlandeses como parte del trato.

Comienza el ataque

Con los planes ya formulados, las potencias del Eje se aproximan ahora hacia territorio soviético.

La ofensiva comenzó el 8 de agosto de 1941 y solo cinco días después, tomaron la ciudad soviética de Nóvgorod.

De esta forma, se cortaría la conexión Leningrado-Moscú, propiciando un duro golpe ante la mirada perpleja de Stalin.

Simultáneamente, los fineses darían otro duro golpe a los soviéticos, y recuperarían el istmo de Carelia, a finales de agosto de 1941.

Los soviéticos al mando del general Markián Popov intentaron frenar a los finlandeses, pero cayeron en la trampa nazi, ya que los invasores tomarían ciudades con la intensión de cercar a los tres ojbetivos: Moscú, Kiev y Leningrado.

Con el istmo de Carelia en poder finés, Alemania intentó persuadir a Finlandia para participar en el asalto a Leningrado, pero se negaron rotundamente.

De hecho, con los territorios recuperados, Finlandia ordenó la retirada parcial de sus tropas y dejar solo a Alemania en el asalto a Leningrado.

Inicia la ofensiva hacia Leningrado

Alemania se adentraba más y más a territorio enemigo, y el día 25 de agosto, tomaron Chúdovo, línea ferroviaria principal entre Moscú y Leningrado.

Posteriormente, obtendrían más territorios enemigos y las conexiones entre Moscú y Leningrado, estaban neutralizadas.

Stalin ordenó la rápida evacuación de Tailin para resguardar las líneas defensivas de Moscú y Leningrado.

Entretanto, la captura de Kiev se hizo evidente y solo quedaba Moscú y Leningrado.

Sin embargo, Moscú estaba siendo fuertemente defendida por los soviéticos y faltando pocos kilómetros para la toma final, Hitler desvío su mirada a Leningrado.

La ciudad estaba rodeada por un cinturón de fortificaciones, llamado Línea Stalin, que debía protegerla de un ataque enemigo.

No obstante, las defensas eran insuficientes y obsoletas, y las tropas soviéticas no estaban preparadas para enfrentarse a la superioridad militar alemana.

El 8 de septiembre, las fuerzas del Eje lograron cortar el último corredor terrestre que comunicaba a Leningrado con el resto del país, el llamado Camino de la Vida.

Un largo y agónico asedio

Para el 12de septiembre de 1941, los nazis bombardearon el principal almacén de alimentos de Leningrado, siendo el principio del dantesco sitio.

A partir de entonces, comenzó un largo y cruel asedio, en el que los sitiados tuvieron que soportar el hambre, el frío, los bombardeos, las enfermedades y la muerte.

Los alimentos escaseaban y Stalin ordenó el racionamiento de los mismos, dando el grueso a las tropas que luchaban en Leningrado.

De hecho, resaltó el coraje de los locales ante las embestidas de los alemanes, resaltando el espíritu de combate.

Por su parte, la ciudad quedó devastada y se formaron una especie de trincheras, y de guerrillas locales para apoyar al Ejército Rojo.

De igual forma, la putrefacción de los cuerpos, daba un toque dantesco de ese lugar, confirmándose en uno de los peores escenarios de la historia moderna.

Uno de los episodios más horribles, fue el diario de Tatiana Sávicheva, una niña soviética que narró a través de su diario, los horrores en Leningrado.

Sávicheva lamentablemente murió a la edad de 11 años, tras ver morir a todos los miembros de su familia por inanición, destino que continuó ella hacia el final del sitio.

La defensiva soviética intentó repeler los ataques de los nazis por aire y tierra, y tras dos largos años, se dio el plan de Stalin, iniciar la ofensiva Leningrado-Nóvgorod.

Ofensiva final y liberación de Leningrado

En enero de 1944, el ejército del norte de los nazis se vieron reducidos, ya que, no contaban con el ímpetu y patriotismo soviético.

A pesar de tener fortificaciones, no tenían suficientes recursos, mientras, que la artillería soviética, ganaba enteros para seguir atacando a los nazis.

Por otro lado, una facción del Ejército Rojo en el Báltico, recuperó algunos territorios aledaños.

Para el 14 de enero, el Ejército Rojo con la moral en alto lanzó la ofensiva final, logrando la expulsión de los invasores nazis hacia el sur de la ciudad.

Finalmente, los soviéticos lograron romper con el cerco, el día 27 de enero de 1944, dos años, 4 meses y 19 días, después.

Consecuencias del Sitio de Leningrado

Se estima que más de un millón de personas murieron durante el sitio, la mayoría por inanición, otros por enfermedades, el frío extremo y las heridas de la batalla.

Por su parte, los alimentos escaseaban y se racionaban al mínimo. Muchos recurrieron a comer hierba, corteza, cuero, papel o incluso cadáveres humanos para sobrevivir.

A pesar de las terribles condiciones, los locales no se rindieron ni perdieron la esperanza.

En cuanto a las bajas, por parte de Alemania se contabilizaron 579.825 hombres, y de la Unión Soviética, 1.017.881 y civiles 1.042.000, aproximadamente.

Con un espíritu de resistencia y solidaridad, se organizaron para defender la ciudad, mantener el orden, producir armas y bienes esenciales, cuidar a los enfermos y heridos, educar a los niños y preservar la cultura.

Algunos ejemplos de esta voluntad de vivir fueron la Orquesta Filarmónica de Leningrado, que interpretó la Séptima Sinfonía de Shostakóvich en medio del asedio; el Museo del Sitio de Leningrado, que documentó y exhibió los testimonios y objetos del drama; o el Diario de Tania Sávicheva, una niña que escribió las fechas de las muertes de sus familiares hasta quedar sola.

El sitio de Leningrado se rompió finalmente gracias a la contraofensiva soviética, que logró abrir una brecha en el cerco enero de 1943 y liberar completamente la ciudad en enero de 1944.

Asimismo, este suceso fue reconocido como una hazaña heroica por el gobierno soviético, que otorgó a la ciudad el título honorífico de Ciudad Heroica.

Por su parte, la victoria estratégica de los soviéticos, dio un gran salto e impulso, demostrando que los nazis son derrotables en cualquier contexto.

Hoy en día, el sitio de Leningrado es recordado como un ejemplo de resistencia humana ante la barbarie nazi y como una prueba del sufrimiento y el sacrificio del pueblo soviético durante la guerra.

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Samuel García

CEO de Dossier Interactivo

Esposo de una excelente mujer (Marines) y padre de tres y redactor SEO de Dossier Interactivo.

Médico de profesión y amantes de los cómics, videojuegos, libros y del fútbol.

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