En los últimos días, ha surgido una nueva escalada de violencia que tiene como protagonistas al estado de Israel y a Palestina, abriendo un nuevo capítulo de una guerra que lleva más de 70 años. Para ello, presentamos las claves para entender el conflicto Israel-Palestina y sus diversos contextos.
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Contextos del conflicto Israel vs. Palestina
Existen varias vertientes que nos orienta sobre este conflicto entre israelíes y palestinos. Desde una connotación religiosa, histórica, demográfrica y étnica.
La disputa territorial de ambos pueblos, surgieron a partir de 1948, con el reconocimiento del Estado de Israel por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) y de los países miembros del organismo internacional.
No obstante, abordaremos cada corriente del conflicto para ver las aristas de las partes involucradas.
Diferencias entre israelitas y judíos
Con respecto al punto de vista religioso, hay que diferenciar el pueblo judío de los israelitas, aspecto que es totalmente diferente.
El pueblo judío se refiere a la composición étnica y demográfica, que forman parte directa de los hebreos, cuyo asentamiento se forjó en el levante mediterráneo.
Por su parte, los israelitas se menciona a los que habitan en el estado de Israel, y los judíos a los practicante de la religión del Judaísmo, además, del componente étnico-cultural del territorio.
Partiendo de la diferencia entre un israelita y judío, abordaremos las claves del conflicto entre palestinos e israelitas.
Visión religiosa
En este acápite, nos detallaremos en los aspectos que se mencionan tanto en los relatos biblícos como el Corán.
La palabra “Israel” se menciona por primera ocasión en la Biblia, en el pasaje de Génesis 35:10 “Y Dios le dijo: Tu nombre es Jacob; no te llamarás más Jacob, sino que tu nombre será Israel. Y le puso el nombre de Israel”.
A su vez, la antigua tierra que conformarían miles de años después palestinos e israelitas, sería Canaán, que se denominaba “Creciente Fértil”.
Canaan se conformó por diversas ciudades-estados como Moab, Edom, Judá, Aram, Fenicia e Israel, del cual, se mencionan en algunos pasajes de la Biblia.
Asimismo, el territorio se dividió en dos grandes reinos: Israel y Judá, que luego se conformaron como monarquía unida en los tiempos de los reyes Saúl, David y Salomón.
No obstante, la tierra fue objeto de diversas invasiones como los asirios, babilonios, macedonios y el Imperio seleúcida.
Por su parte, el término “Palestina” significa en el árabe “filisteos”, quienes se mencionaron en la Biblia y otros textos antiguos, cuyo hábitat era la Palestina histórica y Fenicia.
De hecho, esta etnia era conformada por inmigrantes que se establecieron en la tierra de Canaán en el siglo XII a. C.
La principal enemistad contra el pueblo hebreo se menciona desde los tiempos de Abraham (detallado en el libro de Génesis), cuyo origen se rebela con los nacimientos de Ismael (primogénito de Abraham con la sierva egipcia Agar) y de Isaac (primogénito con su esposa hebrea, Sara).
Según Génesis 18-1-25, Abraham (patriarca hebreo), recibió una promesa de Dios para ser padre de multitudes.
Debido a la avanzada edad de Sara, Abraham tomó a Agar, una sierva egipcia, quien dio a luz a Ismael.
Luego de un tiempo, Abraham tuvo un hijo con Sara, quien sería de la promesa, según el Génesis, el cual llamó por nombre Isaac.
Desde cualquier visión religiosa de los musulmanes y judíos, la “Tierra Prometida” es para uno de los bandos, ya que, aseguran que Ismael o Isaac son hijos de la promesa divina.
Visión histórica
De dominio en dominio
La actual tierra que comparten Israel y Palestina en geografía tiene basamento histórico.
Para ello, debemos remontarnos con la división del Imperio romano en Oriente y Occidente, siendo el primero, Bizancio que llegó hasta las tierras de la antigua Palestina.
Sin embargo, el dominio bizantino caducó hasta el año 639 d. C, y el territorio pasó por la dinastía Omeya de los árabes.
Durante ese tiempo, las diversas comunidades convivían entre sí y no hubo problemas étnicas o al menos no se registraron en aquella época.
Para el siglo XI, ocurrieron las diversas cruzadas religiosas y el territorio se constituyó en el Reino de Jerusalén, que se formó con la conquista de los católicos en la Primera Cruzada.
Dicho dominio se extendía desde Líbano, pasando por Jordania, Israel y Palestina hasta ceder el imperio por los mamelucos musulmanes.
Por su parte, el territorio se anexó al Sultanato de Egipto, perteneciente a los mamelucos hasta el año 1517, cuando fue absorbido por el Imperio otomano.
No obstante, el dominio territorial sobre los actuales Israel y Palestina fueron diversos, y en cada uno, de ello, hubo expulsiones étnicas hacia otras regiones de Asia y Europa.
Sionismo
El territorio pasó a dominio de los otomanos desde 1517 hasta la disolución del imperio en las postrimerías de la I Guerra Mundial en 1917.
Sin embargo, la diáspora judía siguió su curso por algunos países europeos, pero las expulsiones en esos territorios con la llegada de monarcas musulmanes o católicos; el retorno se complicó para las comunidades étnicas-religiosas.
No obstante, el primer halo conflictivo de la historia moderna entre israelíes y palestinos, se dio en el siglo XIX, con la llegada de las ideas del Sionismo y la migración hacia territorio palestino en ese tiempo.
A finales del siglo XIX, surgió la corriente del Sionismo, que partía de la obtención de un hogar y autonomía para los judíos, con predilección a la “Tierra Santa bíblica”.
Por otro lado, las ideas nacionalistas de una comunidad de dominio árabe se empezó a extender por el Medio Oriente y Oriente Próximo, teniendo un punto álgido en la antigua tierra de Palestina.
Ambas corrientes chocaron y se profundizaron con la extensión de las ideas de León Pinsker y su denominado movimiento “Amantes de Sion” en 1881.
Entretanto, la corriente sionista tomó efecto más arraigado con las ideas del escritor austro-húngaro de origen judío, Theodor Herzl.
Herzl proponía a través de su obra “El Estado Judío”, la reunificación de los judíos hacia la tierra sagrada, disminuyendo el antisemitismo europeo arraigado desde el siglo XII.
Sin embargo, el movimiento sionista no tuvo mayor impulso hasta el escándalo Dreyfus en Francia, donde Herzl propone la obtención del “Estado Judío”, la cual, tenía como punto de mira en Argentina o la antigua Palestina.
Como era evidente la propuesta de Palestina cobró fuerza y se constituyó la Organización Sionista Mundial, certificando el territorio palestino como hogar de los judíos.
Panarabismo
A diferencia del Sionismo, el Panarabismo se alimentó de las ideas nacionalistas de los territorios árabes sin exclusión desde África hasta Asia.
Por su parte, esta idea radical no nació al mismo tiempo que el Sionismo, sino, tuvo su auge a partir de la década de los 30 y se consolidó como ideario socio-político del líder egipcio Gamal Abdel Nasser, décadas siguientes.
Con la II Guerra Mundial, el movimiento nacionalista árabe quedó en una tercera vía lejos de las propuestas del Eje y de los Aliados.
Al finalizar la guerra, las ideas geopolíticas comulgaban entre los dos bandos como el Comunismo/Socialismo y el Capitalismo, dependiendo de cada líder árabe.
Por otro lado, surgió la nacionalización de todas las empresas extranjeras, a su vez, la declaraciones de independencia del Mundo Árabe, quienes estaba entre los dominios británicos y franceses.
Este movimiento de unidad árabe se acrecentó cuando surgió en 1948, el Estado de Israel, ya que, se consideró una alta traición por parte de los países occidentales sobre todo, Estados Unidos, Francia y Reino Unido.
Apenas se promulgó el estado de Israel, las naciones árabes vecinas decidieron atacar a la recién nombrada nación y de esa manera, evitar la partición del territorio entre palestinos y judíos.
El liderazgo de Nasser tuvo un auge imponente en el panarabismo, pero las victorias sorpresivas de Israel en los diversos conflictos, terminó por aceptar las condiciones del gobierno hebreo y las nuevas normativas.
Sin embargo, estos duros golpes a la moral con sus derrotas ante los hebreos, no significó que el movimiento se diluyera, aunque, no con la misma intensidad que en los tiempos de Nasser.
Conflictos previos a la proclamación del Estado de Israel
La corriente sionista siguió su objetivo y más con la diáspora judía en el siglo XX, tras los embates de la II Guerra Mundial y el Holocausto judío por los nazis.
Antes del conflicto, vino la declaración de Balfour en 1917, quien fue promulgada por el ministro británico de Relaciones Exteriores, Arthur Balfour, de que Palestina fuera tierra de los judíos.
No obstante, la declaración Balfour tuvo un antecedente y fue las migraciones judías hacia Palestina, tomando como punto principal, la propuesta emitida por Herzl a finales del siglo XIX.
Para historiadores y cronistas, la Declaración Balfour es el punto original del conflicto Israel-Palestina dentro del mundo moderno.
La constante inmigración judía a territorio palestino, provocó malestar e inquietud entre los líderes del mundo árabe, sumándose a diversos movimientos de protestas como la rebelión palestina en 1936 y la revuelta árabe entre 1936 y 1939.
Sin embargo, la entrada de la II Guerra Mundial acaparó todos los focos mediáticos y los conflictos en Medio Oriente fueron relegados a un segundo plano.
En Europa, las tensiones geopolíticas se acrecentaron contra la comunidad judía, en especial, en Alemania con la llegada de Adolf Hitler.
Las medidas antisemista del nazismo y la expulsión sistemática de los judíos en la Unión Soviética, hizo que la diáspora regresara a Palestina y la crisis migratoria llegara a un punto del colapso.
En las postrimerías del conflicto mundial y el descubrimiento de los campos de concentración y exterminio, dieron más impulso al apoyo sionista de la búsqueda del territorio para los judíos.
La conformación de la ONU en octubre de 1945, permitió un ente internacional para mediar las reiteradas crisis en el mundo árabe.
Gran Bretaña y Francia tenían porciones de territorios árabes que se tomaron tras la desintegración del Imperio otomano en 1917, y Palestina tenía influencia británica y francesa.
Del lado británico, Palestina era una colonia y jurisdicción del Reino Unido, que se beneficiaba de los palestinos en materiales y hombres durante el conflicto mundial en los años 40.
Pese a su influencia, los europeos se cansaron de mediar en las distintas rebeliones árabes contra la migración judía, y la ONU salió al “rescate” para proclamar un nuevo estado.
La proclamación del Estado de Israel
La presión internacional tras la II Guerra Mundial se hizo notar y la recién instaurada ONU fijó sus puntos para la toma del territorio palestino.
En 1947, se planteó una repartición territorial para los palestinos y judíos, pero que ambas partes se han negado rotundamente hasta la actualidad.
Dos años antes, la resistencia judía se enfrascó en una lucha contra los británicos por el territorio palestino.
Para ello, surgió la fuerza paramilitar judía, la “Haganá”, además, del “Lehi”, quien era una extensión del Irgún, un brazo armado aliado de los británicos.
Los ataques hacia zonas civiles y residenciales en Jerusalén y otras ciudades, pusieron como punto final a la ocupación británica en Palestina.
De tal manera, los británicos dejaron el terreno libre a los judíos y el 29 de noviembre de 1947, mediante una Asamblea General de la ONU, se decidió la partición de un estado judío y otro árabe.
Por si fuera poco, emergió el liderazgo de David Ben Gurión, quien declaró el 14 de mayo de 1948, la Independencia de Israel.
Entretanto, la declaración del Estado de Israel, supuso una limpieza étnica de los territorios, ahora judíos, y el desplazamiento de palestinos, suceso conocido como “Nakba” o catástrofe.
Guerras contra Israel
La expulsión de los palestinos de sus hogares, provocó una severa crisis humanitaria y migratoria donde tuvo que intervenir la ONU.
En la otra vereda, el Mundo Árabe le declaró la guerra a Israel y la cruenta batalla independentista culminó con victoria de los hebreos, formalizándose su independencia en 1948.
Al año siguiente, se establece un acuerdo de paz de la Liga Árabe con Israel y la admisión a las Naciones Unidas.
En la década siguiente, siguió la escalada de violencia por parte de Israel contra la comunidad palestina, en especial, con la Masacre de Qibya en 1953, en respuesta a un ataque palestino contra tres civiles en Yahud.
Para los años 60, el movimiento panarabismo sumó un gran auge con la figura de Nasser, quien buscaba expandir sus dominios sobre el territorio judío.
En 1967, surgió otro conflicto con la Guerra de los Seis Días, tras acciones militares en Gaza, presencia militar egipcia en la frontera con Israel y la firma de un pacto entre Egipto, Siria y Jordania.
Dicho conflicto duró menos de una semana con una victoria de Israel, quien ocuparía Gaza, Cisjordania, los Altos del Golán y la Península del Sinaí.
Las derrotas árabes supusieron una crisis y se profundizaron con el antisemitismo y el surgimiento de nuevos grupos paramilitares.
Dichos grupos ejercieron presión a Israel, llevando acciones terroristas como los secuestros de Dawson’s Field en 1970 y la masacre en los JJOO Múnich 1972 a la delegación israelí.
Para la década de los 70, surgió el conflicto de Yom Kippur, que se originó por los ataques sorpresas de Egipto y Siria en la festividad hebrea.
La guerra buscaba la recuperación de los Altos de Golán por parte de Siria y de la Península del Sinaí, objetivo de Egipto.
No obstante, la nueva derrota árabe permitió que se realizara una reestructuración para la firma de un alto al fuego en Ginebra, Suiza, en ese mismo año.
La influencia estadounidense marcó un antes y un después en la política exterior del Medio Oriente, siendo un aliado firme de Israel.
Yaser Arafat
Y hablar del conflicto Israel-Palestina no es dejar por fuera a la figura del frente palestino, Yaser Arafat, quien fue líder de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP).
Sin embargo, ese movimiento nacionalista palestino se originó del Al-Fatah, un partido político-militar fundado por Arafat en 1958 en Kuwait.
Tras el exilio forzoso, Arafat se convirtió en una especie de “Mesías” para las aspiraciones palestinas, además, de ser el auge del reconocimiento (aunque limitado) de Palestina en el ámbito internacional.
A pesar de su escaso reconocimiento, Arafat sirvió de figura para ser autorizada como voz del pueblo palestino por las Naciones Unidas.
La creciente influencia estadounidense y el poderío militar de Israel, entablaron ciertas posturas de Arafat, quien veía una utopía recuperar las tierras “robadas” por los judíos.
No obstante, Arafat abogaba por un reconocimiento del territorio palestino y una paz para ambas naciones.
Posteriormente, surgieron nuevas escaladas de violencias entre los años 70 y 80, por ambas partes, generando una posible tregua con el reconocimiento de Israel por parte de la OLP.
La primera intifada provocó la lucha armada extremista y religiosa con la llegada de Hamás, quien se tomó la parte bélica del conflicto.
Las constantes amenazas de Hamás y el Estado de Israel, sumado a las alianzas de Irán, Irak, Egipto, Estados Unidos, India y Reino Unido, dejaba con suma preocupación una tercera guerra mundial.
Arafat jugó un papel preponderante y se evidenció con los Acuerdos de Oslo entre el primer ministro hebreo Isaac Rabin y el presidente estadounidense, Bill Clinton en 1993.
Pese a los intentos de paz, las escaladas violentas siguieron y la voluntad de Arafat quedó en cierto modo en vano, y no pudo haber algún resultado esperanzador. El líder palestino fallecería en el año 2004.
Persisten los conflictos
Las incursiones estadounidenses en Medio Oriente a partir del 2001, por los Atentados del 11-S, abrieron un boquete en las tensiones del Mundo Árabe y Occidente.
Israel por su parte, apoyaba a Estados Unidos en la lucha contra el terrorismo, y el movimiento islámico contaba con el apoyo de otros grupos terroristas como Al-Qaeda, Hezboláh e ISIS.
Para el 2005, Israel dejó de ocupar a Gaza y Hamás se atrincheró en esa zona, permitiendo los ataques sobre comunidades y asentamientos judíos.
En el año 2006, Hamás ocuparía el gobierno palestino, permitiendo más escaladas de violencia entre el estado hebreo y los palestinos.
Israel por su parte, enfrentaba una lucha armada contra el Hezboláh en el Líbano, cuyo conflicto se pararía por la resolución de un alto al fuego por parte de las Naciones Unidas.
Asimismo, Palestina entró en un proceso de división interna, entre el Al-Fatah y Hamás, cuyo conflicto persiste por el control del territorio palestino.
En las décadas 2010 y 2020, los conflictos persisten y los ataques hebreos sobre el territorio palestino persisten, debido al control estricto de Hamás en esa zona.
La Franja de Gaza sigue como campo de batalla, además, de los intensos bloqueos de Israel y en su tiempo, de Egipto para cortar la conexión de Hamás.
En el año 2020, Donald Trump, presidente de Estados Unidos, propuso una paz para Palestina, que incluía el desarme de Hamás, reconocimiento del territorio palestino como nación y liberación de fronteras.
Sin embargo, el plan solo fue firmado por Israel y Estados Unidos, no siendo invitados las autoridades palestinas.
Posteriormente, Mahmoud Abbas, líder palestino rechazó la propuesta de Trump y la escalada de conflicto persistió.
Ataque sorpresa de Hamás (actualidad)
Los conflictos en Gaza persistieron en el año 2021 y 2022, pero el panorama mundial miraba de reojo la invasión rusa de Ucrania en febrero del 2022.
No obstante, el conflicto Israel-Palestina sigue su rumbo y los acuerdos de paz están en la mesa, pero nadie quiere dar su brazo a torcer.
Del lado israelita, la paz no es negociable y sigue su punto de mirada de más anexión de territorio, en especial, Cisjordania.
Por el lado palestino, las constantes divisiones entre Al-Fatah y Hamás han dejado una total desorganización a la hora de elaborar un plan o enfoque en el tema del territorio.
El 7 de octubre de 2023, Israel fue sorprendido por ataques simultáneos en algunas ciudades del territorio hebreo, provocado por Hamás.
Los militantes palestinos rompieron sorpresivamente la barrera entre la Franja de Gaza e Israel, atacando a ciudades judías, sembrando el terror en la nación hebrea.
En efecto, el primer ministro Benjamin Netanyahu declaró el estado de guerra, por primera vez desde 1973, precisamente en la Guerra de Yom Kippur.
Desde Gaza se dispararon más de 2000 cohetes matando a civiles tanto hebreos como extranjeros.
Por su parte, Hamás se atribuyó el ataque junto con la Yihad islámica palestina, quien tomó por sorpresa al mismo gobierno hebreo.
Tras la declaración de guerra por parte de Israel, la respuesta no se hizo esperar y el ataque hacia Gaza y Cisjordania aumentó con civiles muertos y miles de heridos.
Algunos medios internacionales describen este conflicto como la “Tercera Intifada”, y de momento, la guerra sigue su curso, motivado por diversas razones desde el contexto político, étnico y religioso.
Conclusión
El conflicto de Israel y Palestina tiene diversas corrientes; que van desde lo religioso, territorial, económico, social y cultural.
Las diversas guerras y las escaladas de violencia han sido protagonista de este territorio desde antes de la conformación del estado de Israel, y que se han incrementado con el reconocimiento de los hebreos como nación y gobierno.
De momento, el conflicto persiste y se irá actualizando a medida que transcurran los días. Por lo pronto, queda esperar como se irá desenvolviendo este tema que lleva más de 70 años de violencia.
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