La Biblia nos reseña sobre relatos que ocurrieron en un tiempo determinado. Especialmente, un territorio antiguo, Palestina o Judea, quien, en los tiempos de Jesucristo, tenía una visión histórica reseñada en los textos bíblicos y en la estructura arqueología antigua.
A través del tiempo y con el paso de investigaciones, se ha recreado una visión histórica de Jesucristo en Judea, desde su crianza hasta el ministerio que llevó a cabo.
Por otro lado, se establece otra perspectiva política y social, en los tiempos del Jesús histórico, además, de la aparición de sociedades y leyes en la antigua Palestina.
Partiendo de estas afirmaciones, abordaremos cómo era Judea en los tiempos de Jesucristo, enfocándonos en el aspecto social, político e histórico.
Cabe resaltar, que este post, se basa en hechos arqueológicos y algunos estudios sobre la existencia de Jesucristo en la Judea histórica, y no, en el aspecto religioso.
Las creencias e ideologías son respetadas y cada quien es libre de creer o profundizar bajo su perspectiva.
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La Judea en los tiempos de Jesucristo
Antecedentes históricos
En estos territorios antiguos, la base social y política se regía por el Imperio romano, quienes se establecieron en algunas regiones de Asia menor, Mediterráneo y otras zonas de Eurasia.
Según la Biblia, había una división social en la antigua Judea, tomando como referencia el río Jordán, entre los israelitas y no israelitas, es decir, Israel, Palestina y Jordania.
Desde una perspectiva histórica, la ciudad donde nació Jesucristo, pertenece al actual Palestina, siendo Belén, parte de este territorio ahora en disputa con Israel.
Para los textos bíblicos, el territorio de Belén corresponde a los filisteos, quienes, desde un punto de vista histórico, sería Palestina en el Oriente Medio.
Por su parte, el territorio estaba comprendido por cuatro principales provincias: Judea, Samaria, Galilea y Perea.
A su vez, la región se encontraba enclavada en una cordillera montañosa de una escasa altitud, recorriendo el río Jordán el oriente y conectar con el mar Muerto.
Por otro lado, las provincias desde el año 64 a. C, estaban dentro del Imperio romano, y cada una de ellas, delimitaban en la zona geográfica antes dicha.
Límites geográficos
Galilea se situaba en el norte, uniéndose con las ciudades de Naím y Caná, en ese mismo territorio, estaba Nazaret, a unos 140 km de distancia con Jerusalén.
Esa ciudad, vivió y creció Jesucristo, según el Evangelio de San Juan 1:46, donde menciona ‘¿De Nazaret puede salir algo bueno?’.
Por otro lado, Galilea tenía una zona llana, alrededor del mar de Tiberíades o ‘lago de Genesaret’.
Dicha zona era rica en peces, lo que facilitaba la producción pecuaria y alimenticia, aunque, era muy común en ciertas temporadas, la formación de tempestades.
Otras ciudades que comprendían a Galilea, podemos mencionar a Cafarnaúm, lugar donde proveían los apóstoles cristianos: Pedro y Andrés.
En dichas zonas había asentamientos militares, además, de colindar con caravanas comerciales provenientes de Damasco.
En cuanto a Samaria, se encontraba al norte con Galilea y Judea al sur, con costumbres asirias, dando un indicio a que eran de costumbres multiculturales.
No obstante, los samaritanos no se la llevaban bien con sus vecinos, teniendo un antecedente histórico en el año 107 a. C, cuando una invasión judía asoló la ciudad samaritana.
Entretanto, Judea, es una región alta, seca y meridional, conformado por macizos montañosos cerrados, y zonas de mayor predominio desértico.
Su capital es Jerusalén, siendo consideraba la ‘Ciudad Santa de los judíos’.
Sin embargo, el comercio es prácticamente nulo, debido a la posición geográfica de la provincia y tiene mayor arraigo religioso que financiero.
Otras ciudades ubicadas en Judea, están Betania, Emaús, Jericó y Belén, siendo muy mencionadas en los Evangelios.
Sistema de gobierno
La influencia romana se asentó a partir del año 40 a. C, pero no fue hasta el gobierno del emperador romano Augusto que se establecieron delegados o gobernadores.
En Judea, los gobernadores o prefectos eran llamado ‘procuradores’, quien se encargaba de la recaudación de impuestos, además, tenía el derecho de elegir a los condenados de muerte.
Por otra parte, el Sanedrín estaba compuesto por maestro de las leyes, e impartían justicia o establecían normativas para establecer el orden.
En los tiempos de Jesucristo, el sistema de gobierno seguía las mismas leyes establecidas por el Imperio romano y el procurador en ese tiempo, era Poncio Pilato.
De igual forma, el gobierno de Pilato fue descrito como ruin, despiadado, autoritario, arbitrario y de corrupción.
Después de la muerte de Jesucristo, en el año 35 d. C, Pilato tuvo que acudir a Roma para rendir cuentas con Augusto, siendo relevado de su cargo.
Posiblemente, Pilato muere en el año 37 d. C, suicidándose, aunque, su muerte sigue siendo una incógnita.
Clases sociales
Las clases sociales en la Judea de los Tiempos de Cristo se dividían de la siguiente manera: publicanos, zelotes, escribas, jornaleros, esclavos, mendigos, campesinos, clase media y los ricos.
Los publicanos se encargan de recaudar los impuestos y también, de vigilar las aduanas, su profesión era un permiso del estado, similar a un sistema de arriendo.
Por su parte, los zelotes, se basaban en leyes, se les consideraban fariseos militantes, fanáticos religiosos, quienes juzgaban, independientemente, de la posición política o estatus social.
En cuanto a los escribas, eran de clase humilde, enseñaban las leyes, pero no recibían dinero por ello, sino que, vivían de las dadivas de la clase media y alta.
Entretanto, los jornaleros eran los obreros, recibían dinero por su trabajo, se les pagaba un abono diario, recibían el acumulado semanal.
Los esclavos eran judíos, y servían a las clases altas de Judea, inclusive, en el palacio de Herodes.
La clase media agrupaba a los comerciantes, artesanos con sus talleres, dueños de hospedajes y trabajadores particulares. Tal vez, José, padre terrenal de Jesús, pertenecía a este estatus social.
En Judea, también se agrupaban los mendigos, aquellas personas que no podían trabajar por razones obvias, discapacitados o ancianos.
Por último, los ricos era una clase minoritaria y no abundaban en Palestina, su grupo era limitado, se les llamaba ‘saduceos’, formaban la clase política en Judea.
La familia en la Judea de los tiempos de Jesucristo
Si bien es cierto, las familias eran numerosas, y más, cuando la poligamia se había establecido antes de las leyes mosaicas; había ciertas limitaciones en la mujer.
La mujer se quedaba en casa cuidando de los hijos, mientras, el esposo era el sustento, sobre todo, en las clases humildes o media.
Por su parte, la sociedad era patriarcal, es decir, la figura fundamental era el padre, y los hijos varones pasaban ser los herederos.
La mujer judía no tenia derechos o privilegios, que si poseían los varones. Inclusive, el rango femenino era menor que los esclavos.
De hecho, la mujer no podía elegir su marido o parentela, eso quedaba en la figura patriarcal, es decir, de su padre.
Por otro lado, las leyes sobre la mujer eran numerosas, y era mal visto, que una mujer saliera sola, y peor aún, encontrarse a solar con un hombre.
Asimismo, se les consideraba ‘impuras’, en el momento de la menstruación, los judíos no podían ni siquiera tocarla.
De igual forma, era un tema ‘tabú’ dentro de la sociedad judía, algo que sigue persistiendo en la actualidad.
En cuanto al divorcio, el marido tenía esa decisión de repudiar a la esposa, siendo un derecho social arbitrario y sin posibilidad para la mujer.
A su vez, la poligamia era exclusiva de los hombres, claro, solo se reservaba para la clase social rica.
Por último, la mujer era muy vulnerada dentro de la sociedad, debía aguantar el trato con las concubinas del marido, además, de ser objeto de condenas como la lapidación o estrangulación.
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