La II Guerra Mundial es un conflicto que marcó un antes y un después en la historia contemporánea, donde el escenario europeo quedó dividido en las vísperas de la Guerra Fría. Sin embargo, hubo un punto de inflexión que terminó de certificar la caída del nazismo en 1945, y ese momento fue la Batalla de Berlín, siendo el epílogo del III Reich y el día que Hitler lo perdió todo.
Para ello, abordaremos la Batalla de Berlín, las consecuencias que dejó la derrota nazi en Europa y en el devenir de la II Guerra Mundial.
Ver después: El Sitio de Leningrado “La resistencia soviética ante los nazis”
Leer más adelante: ¿Por qué los Nazis odiaban a los judíos?
Contexto histórico
La II Guerra Mundial estalló el 1 de septiembre de 1939, cuando los nazis, a las órdenes de su führer (líder), Adolf Hitler, invaden a Polonia, teniendo vía libre tras los Acuerdos de Múnich, firmados con Gran Bretaña y Francia, en 1938.
Por ende, el apetito expansionista del III Reich y la visión supremacista de Hitler no solo se confinó a los Sudetes y el corredor polaco de Dánzig, sino, acceder a las demás fronteras europeas.
De igual forma, la idea de un sentimiento de la raza alemana, impuesta por Hitler, se veía más allá de una zona, simulando a lo que antes era el Imperio romano.
No obstante, los aires de grandeza de Hitler iban a durar alrededor de cinco años (contabilizando desde la entrada de Alemania a la II Guerra Mundial hasta su estrepitosa caída).
Con la expansión del nazismo en los países nórdicos, parte del este de Europa, los Balcanes y Francia, la pinta de mira iba a Gran Bretaña.
Sin embargo, el heroísmo británico, en 1940, significó una dura derrota para Alemania, y a la vez, un cambio de perspectiva hacia la Unión Soviética.
El pacto Ribbentrop-Molotov, suscrito en 1939, entre Hitler y el líder soviético Iosif Stalin, se resquebrajó con la incursión nazi a través de la Operación Barbarroja.
Tras varios años de guerra, los soviéticos sacaron valor y condujeron a una victoria europea, sumado al apoyo de un aliado inesperado, Estados Unidos.
Con la liberación de parte de la URSS, además, de los vecinos del este europeo, sumado a las campañas en el occidente del “Viejo Continente”, los nazis veían de a poco que su anhelado “imperio” se caía como castillos de naipes.
Batalla de Berlín
Los Aliados no solo habían provocado derrotas a los compinches de Hitler, sumando a una Italia dividida y harta de Benito Mussolini (incondicional del führer), sino, además, iba recuperando más poder y terreno.
De esta forma, Hitler, derrotado también en las Ardenas, un plan que le había surtido efecto para la invasión a Francia, lo dejaría retratado y sin opciones.
El 16 de abril de 1945, la Unión Soviética y con los rebeldes polacos decidieron vengarse de Alemania por los antecedentes recientes.
Para ese día y a tempranas horas, 22.000 cañones soviéticos apuntaron hacia la localidad de Seelow, sorprendiendo a los alemanes ante el poderío aliado.
Pese a que el grueso de la infantería nazi no se hallaba en Seelow, sino en las afueras de Berlín, la jugada maestra le salió a los soviéticos, gracias a la insistencia de Stalin.
La presión ejercida al mariscal Georgui Zhúkov surtió efecto y las tropas soviéticas junto con los polacos se movilizaron hacia Berlín.
No obstante, la tarea no fue nada fácil, ya que los soviético si bien es cierto lograron avanzar hacia Berlín, sufrieron de bajas considerables.
La defensiva alemana no podía resistir por tanto tiempo el asedio soviético, y tres días después (el 19 de abril), los soviéticos ya tocaban las puertas de la capital nazi.
En cuanto a la defensiva local, el empuje soviético hacia la ciudad era de esperarse y se confirmó el día 21 de abril de 1945.
El empuje final hacia Berlín
Ese día 21 de abril, empezaron las primeras detonaciones sobre puntos estratégicos de la capital alemana.
La ciudad no tuvo tiempo para dar una evacuación rápida, y los detonadores soviéticos descargaron cuarenta mil toneladas de explosivos en menos de 15 días.
En cada extremo, los frentes soviéticos rodearon a Berlín y la diezmada Wehrmacht debía resguardar la ciudad para un derrotado e histérico Hitler.
A pesar de que la defensiva alemana resistió en algunos puntos de las afueras de Berlín, fue todo un espejismo, y el miedo invadió al círculo cercano del führer.
Por otro lado, lo que quedaba eran las divisiones de las Waffen-SS, algún puñado de la Wehrmacht y el empleo de niños, adolescentes y jóvenes de las “Juventudes Hitlerianas”.
La orden de Hitler era resistir hasta que quedará el último alemán en pie, tanto eran las bajas, que se convocaron a los veteranos alemanes de la I Guerra Mundial.
Entretanto, las calles berlinesas eran un hervidero de fuego, escombros y olor de carne putrefacta.
Para el día 24 de abril, las bajas nazis eran innumerables y los soviéticos se adentraban en las adyacencias de los edificios memorables y relevantes del nazismo.
La resistencia hitleriana cede
El día 25 de abril, los soviéticos ya tenían la totalidad de los suburbios de Berlín, mientras, que la orden era defender el Reichstag.
Dicha orden se expuso el día 28 de abril, cuando Berlín estaba casi en su totalidad cercada por el Ejército Rojo.
Simultáneamente, el general nazi Gotthard Heinrici decide desobedecer las órdenes de Hitler de emplear a todos los ciudadanos para resguardar el Reichstag.
La cancillería alemana estaba rodeada de los soviéticos en las primeras horas del 29 de abril, y en ese mismo día, Hitler contrae matrimonio en su búnker privado con su amante, Eva Braun.
Para el día 30 de abril, los soviéticos tuvieron la orden de bombardear y atacar el Reichstag, pero Hitler no se encontraba allí.
Pocas horas después de contraer nupcias, Hitler deja su testamento político, elige su sucesor político, y da sus últimas instrucciones.
Hitler se quita la vida
Ante una derrota inminente y con temor de ser exhibido en Moscú, como sucedió con Mussolini en Milán, poco tiempo después, el führer tomaría una decisión.
La avanzada soviética cubría la totalidad de una Berlín en escombros, y tras girar sus últimas instrucciones, Hitler decide acabar con su vida, el día 30 de abril de 1945.
Hitler y su flamante esposa, acaban con su vida, y dentro de las instrucciones, sus cuerpos son rociados con gasolina y prendidos al fuego en el patio trasero de la cancillería alemana.
Rápidamente, los soviéticos lanzan una de sus últimas ofensivas, y la orden eran capturar el Reichstag como obsequio del 1 de mayo para Stalin.
Después de una cruenta batalla, los soviéticos llegaron hasta el tejado del Reichstag, y un soldado ondea con firmeza la bandera de la URSS, quedando para la posteridad de la Historia Universal.
La victoria soviética sobre los nazis
Luego del suicidio de Hitler y algunos de sus más cercanos colaboradores, los soviéticos controlan a Berlín hasta poner punto y final a la guerra en el escenario europeo, el 2 de mayo de 1945.
Tras 16 días de extensos combates, Berlín capituló ante los Aliados de manera incondicional.
El último general nazi que quedaba tras la batalla, era Helmuth Weidling, quien firmó la capitulación incondicional, exigiendo a las tropas nazis dejar de combatir.
A las 2:50 horas del 2 de mayo de 1945, se oficializó la rendición alemana y el triunfo soviético en Berlín.
Consecuencias de la Batalla de Berlín
El efecto de la derrota alemana en Berlín, supuso el final de la II Guerra Mundial en Europa y el triunfo de los Aliados en el Viejo Continente.
Tras el suicidio de Hitler, el 30 de abril de 1945, se vinieron una serie de especulaciones en torno a su muerte.
Se conoce, según cifras oficiales, qué jerarcas nazis, afiliados al partido Nazi y demás adeptos de Hitler cometieron suicidios, muriendo al menos 100.000 personas en Berlín.
En cuanto a las bajas, se estiman que murieron más de 1 millón de personas del lado alemán, entre civiles, soldados y afiliados al partido nazi.
Por su parte, en el lado soviético, se contabilizaron alrededor de 90.000 bajas, entre soldados soviéticos y polacos.
De igual forma, la rendición se estableció en Berlín, entre los generales soviéticos y Karl Dönitz, un mariscal que asumió el poder político y militar tras la muerte de Hitler.
La rendición se oficializó seis días después del fin de la Batalla de Berlín, significando la culminación de la II Guerra Mundial en Europa.
Por otro lado, se dio a conocer los crímenes de lesa humanidad cometidos por las fuerzas nazis ante el mundo.
En ese mismo orden de ideas, se estableció el día de la bandera en Polonia, tras combatir contra los alemanes y participar en la captura de Berlín.
Posteriormente, se instauró el efímero gobierno de Flensburgo como autoridad a Dönitz, y que, se disolvió, el 5 de junio de 1945, con la Declaración de Berlín.
En el mapa territorial, se dividió Alemania en cuatro frentes iniciales o de influencia: Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y por supuesto, la URSS.
Finalmente, Berlín quedó en el epicentro europeo de la influencia política e ideológica, que dio cabida a la Guerra Fría.
Conclusión de la Batalla de Berlín
La batalla de Berlín significó la caída del nazismo en Europa y un punto de inflexión dentro de la II Guerra Mundial.
Con este suceso, el nazismo firmó su sentencia de muerte y dio paso a la Guerra Fría, donde dio el testigo a dos nuevas potencias: Estados Unidos y la Unión Soviética.
Si te gusta nuestro contenido, deseas apoyarnos, puedes ser parte de nuestra comunidad en Patreon: https://www.patreon.com/dossierinteractivo
Para donaciones en AirTM y PayPal: dossierinteractivo@gmail.com.
Enlace PayPal: https://paypal.me/dossierinteractivo?country.x=VE&locale.x=es_XC
Suscríbete a nuestro canal de Dossier Interactivo y de Tu Cigüeña.