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Biografía de Benito Mussolini

Benito Mussolini fue uno de los mayores dictadores despiadados del Siglo XX y uno de los artífices de la II Guerra Mundial, formando parte del Eje con Alemania Nazi y Japón.

El gobierno de Mussolini se caracterizó bajo la ideología fascista, teniendo similitud con el nazismo impuesto en Alemania Por Adolf Hitler.

Bajo la influencia monárquica de Víctor Manuel III, Mussolini instauró un régimen del terror en el país trasalpino y una de las peores dictaduras de la historia contemporánea.

En nuestra sección de Biografías, haremos una reseña histórica de Benito Mussolini, desde su juventud hasta su muerte.

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Biografía de Benito Mussolini

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Infancia

Benito Amilcare Andrea Mussolini nació el 29 de julio de 1883 en Dovia, una pequeña aldea en el municipio de Predappio, ubicado en la región de Emilia-Romaña.

Hijo de Alessandro Mussolini, un herrero de profesión local en el barrio donde nació y de Rosa Maltoni, una maestra de una escuela popular en Dovia.

Por otro lado, Alessandro era un creyente ferviente del socialismo, de hecho, bautizó a su hijo en honor al prócer mexicano, Benito Juárez.

A la corta edad, el pequeño Benito recibe educación básica en Dovia, para liego trasladarse a Preddappio, donde ingresó en el colegio saleciano de Faenza.

Sin embargo, una disputa con un compañero de clases, le conllevó a una expulsión del colegio y lo trasladaron al Giosuè Carducci de Forlimpopoli.

Allí, se graduó como técnico inferior, pero su temperamento volátil, le obligó a retirarse siendo un alumno externo particular.

Juventud y primeros pasos en la política

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Para 1900 y 1901, Benito empieza abrazar el socialismo gracias a las ideologías fundamentadas por don Alessandro.

Es por ello, que se inscribe al Partido Socialista Italiano en 1901 y para el año siguiente culmina la ‘Maturità’, coincidiendo al año siguiente como suplente de la tolda política.

En julio de 1902, se traslada a Lausana, Suiza, donde logra inscribirse en un sindicato de trabajadores y obreros, cumpliendo la función de secretario.

Allí, en Suiza, redacta su primer artículo para un periódico local, la cual, se llamó ‘El Porvenir del Trabajador’.

Según algunos cronistas, Mussolini huyó de Italia, debido a que no quería participar en el servicio militar obligatorio.

Sin embargo, en Suiza empezó a desarrollar su carácter político, lo cual, le valió la expulsión en dos ocasiones del país por agitador.

En ese país, fue encarcelado dos veces, sin llegar al mes de reclusión, gracias a la intervención de algunos amigos políticos en Ticino.

Como periodista, logró redactar artículos de influencia socialista y empezó a estudiare la carrera de ciencias sociales en Lausana.

En la universidad, se formaría en definitiva su carácter político, frecuentando reuniones con otros sindicalistas, entre ellos, Vilfredo Pareto y Arturo Labriola.

Para 1904, colaboró con Angélica Balabanova, una activista socialista de origen ruso, además, de participar en debates de ateísmo, siendo el más famoso contra el líder evangélico, Alfredo Tagliatela.

En ese mismo año, retorna a Italia, gracias a una ley que dio un armisticio a todos los desertores del servicio militar.

Vida política en Italia

Tras el armisticio, Mussolini decidió por cuenta propia enlistarse en el ejército italiano y se trasladó a Verona, en un regimiento local.

Sin embargo, un golpe duro en la vida de Benito Mussolini fue con la muerte de doña Rosa, volviendo a su pueblo natal.

Allí, se convirtió en docente en honor a su madre, pero siendo suplente en Tolmezzo, cargo que duró tres años, donde impartió historia, geografía y literatura italiana.

En 1907, dirige el periódico local bajo el alias de ‘Vero Eretico’, alternando su trabajo con el sindicato de los trabajadores agrícolas hasta 1908, cuando es arrestado.

Mussolini pasó tres meses en prisión y se le concedió libertad a los 15 días, pero volvería a las rejas por una reunión en Meldola.

Tras salir de prisión, viaja hacia Forli en compañía de don Alessandro, donde se uniría con su futura suegra para un negocio local.

Pese a estar inactivo políticamente, siguió redactando artículos ensalzando el socialismo y el pensamiento nietzscheano.

Al año siguiente, Mussolini viaja a Trento y consigue un trabajo como secretario de la Cámara de Trabajo, además de dirigir un semanario local.

En septiembre de 1909, Mussolini vuelve a la cárcel, por amenazas contra el Imperio austrohúngaro, medida que le valió la expulsión y regreso a Forli.

Dos años después, conoce a Rachele Guidi, la que sería su esposa y compañera de ideología.

Mussolini en el partido socialista

Tras alternar un viaje en Milán, donde participó en un congreso del Partido Socialista, Mussolini llega como líder designado en Forli.

No obstante, volvería a la cárcel al protestar en contra de la guerra de Italia y el Imperio Otomano, provocando desastres en algunos comercios locales.

Luego de pasar un mes de cinco meses designados, Mussolini viaja a Reggio Emilia y se le designo el liderazgo del periódico milanés Avanti!

Sin embargo, el monstruo radical atemorizó a sus compañeros y colegas, provocando su oposición a la masonería en el congreso del PSI en 1914.

Con el estallido de la I Guerra Mundial, Benito Mussolini cambió de postura de neutral a la oposición de Italia en la ‘Gran Guerra’.

Dicha opinión, le valió el rechazo de sus compañeros y la expulsión definitiva no solo del periódico, sino, además, del PSI.

Tras esta aparente derrota, Mussolini funda Il Popolo d’ Italia, un periódico más radical y de carácter nacionalista.

Mussolini en la I Guerra Mundial

Italia entra en el conflicto apoyando la Entente y Mussolini se enlista en el ejército en agosto 1915, donde se le asigno la División 11.

Para ese tiempo, escribe un diario narrando los acontecimientos durante la I Guerra Mundial y es ascendido 7 meses después al rango de cabo.

Para 1917, es herido al estallar un mortero en una práctica del ejército, siendo de baja definitiva, alegando algunos una posible infección e incapacidad.

Tras estar por apenas 8 meses con el ejército, Mussolini trabajó como espía en favor de los británicos durante ese tiempo.

Con el final de la I Guerra Mundial, Mussolini dirige un discurso al pueblo, en especial, el ejército manifestando que deberían ocupar el gobierno central.

Mussolini funda el Fascismo

Con el Tratado de Versalles, Italia no tuvo grandes repercusiones territoriales, sobre todo en África, lo cual, manifestó un descontento en el desenlace de la Guerra.

Mussolini culpó a los franceses y británicos de jugar con las ilusiones de la victoria de Italia, convocando a huelgas de obreros y trabajadores locales.

Dichas protestas se movilizaron en el país y enfatizó en la traición de los partidos de izquierda al no oponerse al Tratado de Versalles.

Para 1919, Mussolini funda en Milán los cuerpos combatientes, la cual, sería el inicio del futuro fascismo en Italia.

Tras una serie de arrestos, Mussolini cumple su sueño con la creación del Partido Fascista en 1921 y escaló posiciones de manera considerables.

Involucrándose en la política, Benito Mussolini declaró la enemistad contra los socialistas y comunistas, al hacerlos responsables del terrorismo en el Teatro Diana.

Con sus discursos cargados de emocionalismo ferviente, el futuro dictador funda las camisas negras, un grupo civil y militar fascista armado.

Para 1921, invita al PSI a formar un pacto de no agresión y cooperar con la mediación del presidente de la Cámara, Enrico De Nicola, pero la violencia no cesó.

Con la escala de violencia en popa, los izquierdistas convocan a una huelga general en contra de las camisas negras y la influencia de Mussolini.

Llegada del Fascismo al poder

La lucha armada entre izquierdistas y adeptos al fascismo se puso en marcha, donde la jugada magistral de Mussolini era aceptar a la monarquía.

No obstante, el cumplimiento era parcial, y el líder del fascismo se trasladó a Nápoles, donde emitió uno de sus más icónicos discursos.

Tras el ataque de camisas negras, el monarca Víctor Manuel III se negó a decretar el estado de sitio y le dio poderes a Mussolini.

Para muestra un botón, la recordada Marcha sobre Roma, fue el indicio de una alianza entre la monarquía parlamentaria y sus privilegios con el fascismo.

En noviembre de 1922, Mussolini logra ser presidente de los Consejos de Ministros, al ganar las votaciones parlamentarias.

Un mes después, Mussolini funda el Gran Consejo del Fascismo y en 1923, se formaliza la legalización de las camisas negras, como milicia voluntaria.

Por si fuera poco, Mussolini tuvo el apoyo británico y logró el reconocimiento sobre el Dodecaneso, lugar que el gobierno italiano había ocupado en 1912.

Entretanto, la lucha armada se intensificó en la frontera entre Grecia y Albania, ocurriendo la masacre de Gioannina.

Mussolini ordenó en acto de represalia ocupar Corfú, hecho que valió la intervención de la Sociedad de Naciones.

Gobierno de Benito Mussolini

El éxito del fascismo

Para enero de 1924, se firma el Tratado de Roma, entre Italia y Yugoslavia, culminando con la legalidad de Fiume en el bando itálico.

Con las victorias obtenidas, Víctor Manuel III reconoció la labor de Mussolini en el frente político y militar, confiriendo la orden de Collare dell’Annunziata.

Al mes siguiente, tiene un acercamiento con la Unión Soviética, además, de afianzar lazos comerciales con el Reino Unido.

Tras la victoria en abril de 1924, el PNF logró la mayoría absoluta en el parlamento en unas polémicas votaciones cargadas de muertes y opresión.

Para muestra un botón, Giacomo Matteotti, exige la anulación de las votaciones y el líder izquierdista es secuestrado y asesinado por las camisas negras.

Con el asesinato de Matteotti, líderes de la oposición abandonaron el parlamento y se dio la secesión del Aventino, donde culparon al régimen fascista del homicidio.

No obstante, la oposición lejos de unificarse inicia con disputas internas, lo que valió, el avance fascista en el poder.

Por su parte, la figura de Mussolini se afianza y también, genera repudio en un sector de su propio partido y opositores.

Para 1925, Mussolini asume el cargo de Primer Ministro y recorre Europa con su nuevo cargo político.

Acercamiento con Hitler

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Con las alianzas internas definidas, entre ellos el Vaticano y el recibimiento del Papa Pío XII al ‘Duce’ en febrero de 1932, el fascismo apuntaba alto.

Para el año siguiente Adolf Hitler se hace con el poder en Alemania, tras la muerte de Paul von Hindeburg y las alianzas empiezan.

En ese mismo año, Mussolini propone una reunión entre Francia, Reino Unido y Alemania Nazi, la cual, se concreta en el ‘Pacto de los Cuatro’ en Roma, Italia.

En 1934, el régimen siguió afianzándose en el poder con las elecciones de marzo, donde la oposición solo recogió un 0.15% de los votos escrutados.

Con respecto a las leyes, Mussolini mantuvo la protección de las embarazadas y de los infantes.

En la política exterior, las reuniones con Hitler se trasladaron en Stra y Venecia, con motivo dela anexión alemana a Austria, donde ambos dictadores no se pusieron de acuerdo.

Con el ataque nazi a Polonia, Italia temía lo peor y era el inevitable enfrentamiento armado y propusieron un acuerdo, donde Hitler se negó.

Tras el fracaso de una salida pacífica, Mussolini declaró ser ‘no beligerante’ en el conflicto, dejando solo momentáneamente a Alemania.

Una de las razones por la que Mussolini quería una salida pacífica, debido a que deseaban el protagonismo europeo, pero con Hitler era imposible.

Con el avance nazi, Italia desestimó el apoyo militar alemán y desaprovechó ocupar Malta, quien a la postre se anexó a los intereses alemanes.

Entrada de Benito Mussolini en la Guerra

Para marzo de 1940, Hitler se reunió con Mussolini en Brennero y presionó con todo al ‘Duce’ con la finalidad de entrar en la guerra y formar parte del Eje.

Por otro lado, recibió mensajes de Winston Churchill, Franklin D. Roosevelt y de Pío XII para no entrar en la guerra y quedarse neutral.

Sin embargo, al quedarse callado y ver las victorias alemanas en Francia, Bélgica, Países Bajos, Noruega y Dinamarca, se decantaron finalmente por los nazis.

Mussolini pensó que el apoyo alemán le permitiría controlar el Mediterráneo y derrotar a la desgastada Gran Bretaña.

Una de las acciones, fue el ataque a Turín donde los Aliados tomaron ventaja ante una débil oposición y defensiva de los italianos.

No obstante, Italia respondió con los ataques aéreos de Hyères y Tolón, a costa de dejar desguarnecida a Génova.

Para junio, una debilitad Francia bajo el mando del mariscal Pétain firma un armisticio con Mussolini y la mirada se centraba en las colonias africanas.

Con el avance británico en África, Mussolini ordenó la ofensiva militar, logrando conquistar Somalilandia británica, Sudán y Kenia.

Pese a una victoria inicial, Italia empezó a tener bajas importantes en África, conllevando a una derrota final en ese continente en 1941.

De regreso a Europa, Mussolini recibe una dura derrota en Grecia, con el apoyo de los británicos, los griegos propinaron un revés doloroso a los italianos.

Caída del Fascismo

Con las promesas incumplidas de Hitler en el apoyo militar a Mussolini, Alemania logra derrotar a Grecia y eso denota una profunda ira en el ‘Duce’.

Para ese mes, se firma el armisticio y Hitler acepta que las autoridades italianas participen en esa campaña, pero de manera condicionada.

En diciembre, Italia avalentonada declara la guerra a Estados Unidos, una premisa que no logrará la tragedia.

Para 1942, los refuerzos italianos llegan para apoyar la invasión de Alemania a la URSS, pero sufre no solo bajas en el frente oriental, sino, también en la campaña africana.

Con el acumulo de derrotas, Mussolini desaparece en público y vuelve a dirigirse al pueblo tras 18 meses de ausencia.

Pese a proponer una alianza de rendición en el este europeo, Hitler rechaza y se acelera la derrota de Italia con el desembarco británico y estadounidense en Sicilia.

Por su parte, los Aliados bombardean Roma y el Gran Consejo Fascista, decide destituir a Mussolini como líder, pero la decisión partía del rey Víctor Manuel III.

Ante el avance aliado, Mussolini se reúne con Víctor Manuel III y este le informa su destitución, siendo reemplazado por Pietro Badoglio.

No obstante, Mussolini es arrestado por órdenes del monarca, además, de un armisticio que cocinaba el rey y Badoglio con los Aliados.

Tras la decisión, se desata una guerra civil entre aliados y opositores de Mussolini, sumado a la declaración bélica de Badoglio a los nazis.

Liberación de Benito Mussolini

Luego de permanecer preso en la Isla la Magdalena y el Hotel Campo Imperatore, es liberado por un comando alemán de paracaidistas en septiembre de 1943.

Los alemanes se adjudicaron el triunfo de la operación y Mussolini quedaba bajo la custodia de Hitler, trasladándose a Alemania.

El avance nazi en territorio italiano, le sirvió para que Mussolini se traslade y formara un gabinete impuesto por Hitler, formando la República Social Italiana.

Cumpliendo órdenes expresas de Hitler y haciendo realidad sus mayores temores, Mussolini se le niega autonomía a decisiones en su propio país.

De hecho, se le negó el traslado a Roma y Mussolini se debió conformar con las directrices del gabinete alemán.

Una de los planes de Mussolini, fue la creación de una nueva carta magna al finalizar la II Guerra Mundial, como medida política.

En enero de 1944, se inician los procesos legales contra los opositores y disidentes de Mussolini (Proceso de Verona), donde destacan familiares políticos del ‘Duce’.

El último encuentro entre Mussolini y Hitler se dio el 20 de julio de 1944, pocas horas después del atentado que casi acaba con la vida del ‘Führer’.

Al volver a Salò, Mussolini tuvo un plan de acudir a Milán, donde pronunció su último discurso público ante un puñado de seguidores del fascismo.

Muerte de Benito Mussolini

Con la derrota inminente de Alemania en la II Guerra Mundial, Mussolini estaba contra la espada y la pared, una de las opciones fue huir como refugiado a Suiza.

Para el 18 de abril de 1945, Mussolini viaja a Milán y tuvo una reunión con su comitiva en la región lombarda, además, de buscar una alianza con la máxima figura religiosa en esa ciudad.

De allí, el otrora dictador se trasladó a Como y los Aliados avanzaban hacia la República de Salò.

Estando en Como se despidió y vio por última vez a su esposa Rachele y sus hijos pequeños, luego se encontró con su amante Clara Petacci y su hermano, Marcello.

Para ello, se disfrazó de un soldado de un convoy alemán, mientras que Petacci y su hermano, era el cónsul español y la esposa.

Sin embargo, a las 6:30 a. m del 27 de abril, un grupo de partisanos comunistas detienen el convoy y reconocen a Mussolini.

La noticia de la captura de Mussolini llegó a Milán y el futuro presidente, Sandro Pertini, anuncia que debía condenarse a muerte al ‘Duce’.

En la mañana del 28 de abril, Mussolini y Petacci llegan a una casa campesina en Dongo y de allí, los trasladan a Milán, donde reciben órdenes expresas de Walter Audisio.

Por consiguiente, la orden era la ejecución de Mussolini y Clara Petacci, la cual, se dio a las 4:10 p. m en Villa Belmonte.

Finalmente, los cadáveres fueron conducidos hacia Milán y al día siguiente, fueron colgados en la Plaza Loreto, donde recibieron el castigo de un enardecido pueblo.

Tras el escarnio público, los cuerpos fueron enterrados en dos cajones de madera y ultrajados al año siguiente en el cementerio de Musocco.

Para 1957, el cuerpo lo trasladaron a la capilla de Predappio, donde permanece en la actualidad.

Samuel García

CEO de Dossier Interactivo

Esposo de una excelente mujer (Marines) y padre de tres y redactor SEO de Dossier Interactivo.

Médico de profesión y amantes de los cómics, videojuegos, libros y del fútbol.

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