El 13 de noviembre de 1985, un pequeño pueblo ubicado en Tolima, Colombia, sucumbió ante la inclemencia de la naturaleza y desapareció del mapa al más fiel estilo actual de Pompeya, siendo la Tragedia de Armero, el protagonista de este triste capítulo.
Aunque, no nos confundamos, el municipio de Armero es distinto a la ciudad homónima que desapareció con la erupción del volcán Nevado del Ruiz.
Dicha ciudad fue sorprendida por la tragedia y es recordada aún, como un pueblo fantasma, en especial, a la historia de la niña Omayra Sánchez, quien murió atrapada entre los escombros de su hogar.
En el siguiente artículo, presentamos la Tragedia de Armero y las repercusiones que tuvo este lamentable suceso en ese pueblo. ¡Comencemos!
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Tragedia de Armero
Antecedentes
Armero, era una localidad que era la cabecera del municipio homónimo dentro del departamento de Tolima, siendo en su momento, la tercera población más grande de dicha región.
Por su parte, el pueblo era una importante zona agrícola, en especial, de algodón, arroz, sorgo y café, siendo un área fértil y de mayor predominio agropecuario.
En cuanto a los antecedentes de esa zona por la actividad volcánica del Nevado del Ruiz, ya el pueblo había sufrido algunos embates de menor proporción.
Sin embargo, en 1845, el pueblo sufrió la muerte de 1000 habitantes, debido a la alta cantidad de lodo por la duración de la época de lluvias.
Con respecto a las erupciones de Nevado del Ruiz, tuvo variedad de actividad en tres épocas eruptivas distintas, siendo la de 1985, la más trágica y prominente.
Para 1984, algunos investigadores y expertos en geología, avisaron sobre una actividad inusual en esa área, específicamente entre noviembre y diciembre de ese año.
Antes de la tragedia
Seguidamente, la exposición de algunos componentes volcánicos en esos meses de 1984, alertaron la posibilidad de una erupción en tiempo reciente.
Con el pasar del tiempo y hasta septiembre de 1985, se podía divisar chorros de aire caliente, pero en octubre empezó a disminuir un poco la actividad volcánica.
Con la posterior investigación de geólogos italianos y colombianos, se llegó a una conclusión, de una posible erupción volcánica en los meses siguientes.
No obstante, el gobierno municipal y nacional no pudo o mostraron interés ante tal advertencia, sumado a la inexperiencia de equipos de rescates.
Meses antes de la Tragedia de Armero
Los expertos analizaron los riesgos de los componentes en la periferia y adyacencia del pueblo y trazaron un mapa de la zona.
Pese a la advertencia, no hubo una precisión real de los pueblos cercanos y el riesgo de lahares, en especial, en los poblados de Chinchiná, Guayabal, Mariquita y Armero.
Aunque, algunas autoridades demostraron la veracidad de los mapas que trazaron y lograron identificar, que Armero era la ciudad con mayor riesgo de lahares.
En cuanto a la prensa colombiana, mostraron en los días antes de la tragedia, unos mapas de riesgos presentes en las poblaciones cercanas, pero con incongruencias.
Una de las incongruencias, era la posición de Armero, que supuestamente, era una de las zonas más seguras con la erupción del Nevado del Ruiz.
Inclusive, un día antes de la erupción, el pueblo no pensó que se cocinaba la tragedia y a fuego lento, siendo un día común y corriente dentro de la cotidianidad.
Erupción del Nevado del Ruiz
El 13 de noviembre de 1985 a las 9:09 p. m (hora local), el volcán hizo erupción y expulsó tefra dacítica, exponiéndose a más de 30 km de altura.
La masa total entre los residuos, tefra y magma alcanzó los 35 millones de toneladas, además, de grandes cantidades de dióxido de azufre.
Por otra parte, la cima del volcán se fundió y producto de ello, se originaron cuatro lahares que alcanzaron los ríos adyacentes al Nevado del Ruiz.
Entre la combinación del agua caliente y la acidez del lago pasaron factura, produciendo una concentración altísima de sulfatos y cloruros.
Posteriormente, esa mezcla potencia su toxicidad; provocando erosiones en el terreno a medida que avanzaba hacia las adyacencias del pueblo.
A su vez, el ancho y alto crecieron rápidamente, llegando a unas medidas de 40 a 60 metros.
Seguidamente, los servicios de energía eléctrica, agua y gas, se cortaron y se perdió la señal de las telecomunicaciones, en especial, de la radio local.
A las 11:30 p. m, el agua y los lahares empezaron adentrarse en el pueblo y los pobladores, pensaron en una inundación, debido a las lluvias de días anteriores.
El primero y segundo lahar provocó un intenso daño al pueblo, matando a unos 28.000 pobladores en cuestión de horas.
Por su parte, un tercer lahar impactó el pueblo, dos horas después de sus antecesores y borrando al menos el 85% de Armero.
Las malas condiciones en las labores de rescate
Las víctimas sufrían de ahogamiento y asfixia, provocada por la cantidad de rocas y sedimentos de los lahares, los que corrían con ‘mejor suerte’, sufrían laceraciones y profundas cortaduras.
Entretanto, los demás lahares llegaron hacia poblaciones vecinas, sin provocar tanto daño como lo sucedido en Armero en esa fatídica noche del 13 de noviembre de 1985.
Según algunos registros, el cuarto y último lahar impactó dos horas después del tercero, matando a su paso a más de 1500 habitantes.
Al día siguiente, Armero estaba cubierta totalmente de la lava y los lahares, mientras que las pérdidas humanas aumentaban considerablemente con el pasar de las horas.
Los lahares al secarse dejaron una extensa masa grisácea y cubrió la totalidad del pueblo, algunas viviendas que se mantuvieron de pie, quedaron arrasadas por la corriente de vapor.
En cuanto a las labores de rescates, se hicieron imposibles o con grandes dificultades, por ello, las víctimas sufrían de terribles dolores y una agonía lenta.
Por otra parte, los esfuerzos de los rescatistas se vieron truncados, debido a la cantidad de lodo y barro, que llegaba casi los 5 metros de profundidad.
De hecho, se estiman que los primeros sobrevivientes fueron rescatados doce horas después de la erupción del Nevado del Ruiz.
Por otro lado, las víctimas debieron ser trasladadas a otros centros de salud, ya que, el hospital de Armero se vio afectado de igual manera.
Omayra Sánchez
Hablar de la Tragedia de Armero es imposible no recordar la imagen de la niña Omayra Sánchez, una de las tantas víctimas que dejó este desastre natural.
La instantánea que tomó el fotógrafo Frank Fournier, recorrió el mundo con la cruda imagen de la niña poco antes de sucumbir.
Dicha fotografía fue premiada por el World Press Photo of the Year de 1986, aunque, generó una gran revuelo debido a la imposibilidad de rescatarla.
Por su parte, la víctima quedó atrapada debajo de su casa de hormigón y de otros escombros, sin tener la posibilidad de liberarse.
En el preciso momento que el equipo de rescate la iba a liberar, notaron que su cuerpo, específicamente, las piernas estaban atrapadas en la azotea de su vivienda.
Sin embargo, para liberarla debían romper sus piernas, un proceso sumamente tormentoso.
Otra opción era traer una moto-bomba que se encontraba en Medellín, pero no había permiso de esa empresa municipal y traerla era casi imposible.
Al agotarse las posibilidades de supervivencia, Omayra Sánchez empezó a alucinar y su rostro se hinchó al igual que sus ojos.
Antes de morir, Omayra realizó una última entrevista y después pidió que la dejaran tranquila para descansar y murió el 16 de noviembre de 1985 a las 10:05.
Omayra contaba con 13 años de edad a la hora de su muerte y las causas posibles fueron gangrena e hipotermia.
Repercusiones de la Tragedia de Armero
Tras lo acontecido en Armero, llovieron las críticas por falta de preparación y negligencia por parte de las autoridades competentes en Colombia.
Inclusive, responsabilizaron la muerte de miles de armeristas, entre ellos, Omayra Sánchez, que pudo haber sido rescatada si se hubiese actuado con tiempo.
Por otro lado, las autoridades locales intentaron comunicarse con el gobierno central, entre los que figuraban congresistas, gobernador de Tolima y el presidente de la república.
Posteriormente, hubo protestas en las ciudades de Tolima, pidiendo la renuncia del entonces gobernador de ese departamento.
Finalmente, las cifras oficiales dictaminaron que la Tragedia de Armero se cobró la vida de 23.000 a 25.000 habitantes, incluyendo a Chinchiná y Villamaría.
En la actualidad, Armero es un sitio turístico y donde muchos se congregan para observar de cerca el otrora pueblo y el sitio donde falleció la niña Omayra Sánchez.
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