En el siguiente post, presentamos a 10 monarcas o emperadores sanguinarios. ¡Revive la historia a través de estas notas!
La monarquía o un imperio se rigen por gobernantes que de una y otra forma, han marcado historia. Independientemente, si es negativa o positiva su huella, algunos han cometido crímenes de tal magnitud.
Sin embargo, hay monarcas, regentes o emperadores que logran cometer dantescos crímenes para seguir en el trono gobernando.
Es por ello, que este top va dedicado a los 10 monarcas o emperadores sanguinarios, aquellos que no tuvieron compasión para cometer asesinatos.
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Reyes o emperadores sanguinarios
1. Leopoldo II de Bélgica (1865-1909)
El primero en abrir el top de los monarcas o emperadores más sanguinarios de la historia es Leopoldo II de Bélgica, rey de los belgas y de las colonias de este país europeo.
Hace un tiempo atrás, a este monarca se le mencionó entre los 10 grandes genocidas de la historia y esta vez, entra en el listado de deshonra.
Desde que inició su reinado, Leopoldo II gobernó con mano dura y mucha autocracia, sobre todo, en el Estado Libre del Congo, desde 1885 hasta 1908.
Allí, perfiló una total carnicería que acabó con la vida de millones de congoleños, a costa de los recursos naturales y económicos de este país africano.
Para los historiadores y crónicas, Leopoldo II asesinó a mas de 10 millones de congoleños, aunque, las cifras son discutidas, pero no por mucho.
Tanto fueron los crímenes de este caudillo, que el Congo llegó a perder a la mitad de su población en aquel tiempo, gracias a las atrocidades de Leopoldo.
Por si fuera poco, los sobrevivientes de esta aniquilación satisfacían el apetito devorador de los recursos del Congo, en parte de Leopoldo II.
Pese a ello, realizó una vasta fortuna a costa de los nativos, donde les esperaba la muerte o la amputación de alguno de sus miembros, si no complacían el apetito de riqueza del jerarca.
Tanto fueron los abusos del monarca, que los misioneros, compañías religiosas y políticos belgas, exigieron el retiro de Leopoldo en las tierras congoleñas.
Sin embargo, fue la presión internacional que terminó por doblegar la voluntad de Leopoldo, que accedió transferir el Congo al parlamento belga en 1908.
2. Iván IV de Rusia, el Terrible (1547-1584)
Por su parte, nos trasladamos a Rusia en la época del zarato, donde uno de los monarcas más sanguinarios de la historia, fue, sin duda alguna, Iván IV, alias el Terrible.
El reinado de Iván el Terrible duró casi 40 años, pero fueron los más largos para los ciudadanos rusos de aquella época.
Las atrocidades de Iván se manifestaron desde su entrada al zarato hasta el final de sus días.
Desde su época de conquistador, acabó con miles de aldea, haciendo limpieza étnica, donde el destino de mujeres, hombres, ancianos y niños, eran ejecuciones en masa.
Por si fuera poco, erigió grandes obras de la arquitectura moscovita, en especial, la Catedral de San Basilio, del cual, hay una terrible historia.
Según los historiadores, Iván mandó a quitar las manos del arquitecto de la popular basílica, para que no construyera nada más bonito que esa obra.
Eso no es todo, castigaba hasta la muerte a sus opositores, inclusive, seguidores o de su séquito, y peor, eran sus arrebatos de ira.
En uno de sus arrebatos de ira, mató a su propio hijo, sin ninguna contemplación, y cuando, se calmó, se arrepintió de haberlo hecho.
Inclusive, esta escena es plasmada en una pintura, donde se demuestra lo ruin, desalmado y colérico, que fue en vida, Iván el Terrible.
3. Calígula (37-41 d. C)
El siguiente inquilino es uno de los emperadores más sanguinarios de todos los tiempos, además, de ser uno de los peores gobernantes del Imperio romano.
Cayo Julio César Augusto Germánico o mejor conocido como ‘Calígula’, fue un emperador romano, que gobernó desde el año 37 hasta el 41 de nuestra era.
Antes de ascender al trono del Imperio romano, su apetito por la sangre lo caracterizó, matando a diestra y siniestra que llegará a interponerse en su ambición como emperador.
De hecho, asesinó a Gemelo, el potencial emperador y sucesor de Tiberio, pero, Calígula no quería compartir el imperio con nadie.
Tras no presentar ningún obstáculo como emperador, empezó gobernando bien y hasta dadivoso con los pobladores, eso sí, en su primer año como emperador.
Sin embargo, las cosas se salieron de control a partir de su segundo año, donde, orquestó crímenes para afianzarse en el poder.
Por si fuera poco, las fuentes históricas reseñan que Calígula era un depravado sexual, demente, cruel, extravagante y perverso.
Sumado a ello, tenía complejo de ser un ‘dios’, además, de derrochar todo el dinero que recaía de los impuestos en orgías, festividades y por supuesto, masacres.
Una de las anécdotas retorcidas de Calígula, fue nombrar cónsul romano a su caballo.
Por otro lado, mataba a placer, simplemente para divertirse y saciar su sed de sangre y dolor.
4. Nerón (54-68 d. C)
En la posición 4, tenemos a otro emperador romano, Nerón, otro gobernante con ideas retorcidas y un desquiciado por excelencia.
Pese a que, en su reinado, forjó prácticas deportivas, impulsó el comercio y la diplomacia, también se caracterizó por ser un gobernante autoritario y sanguinario.
De hecho, los textos históricos sobrevivientes, narran que Nerón era un monarca extravagante y un intolerante con la religión, en especial, con los cristianos.
Fue responsable de persecución y ejecuciones contra los cristianos, siendo alimento de sus mascotas predilectas, los leones.
Por otro lado, orquestó represiones sanguinarias contra los britanos, además, de tener una psicosis contra la religión y todo lo que representara.
Según la tradición cristiana, Nerón fue el primer perseguidor de los cristianos como regente, y ordenó la ejecución de los apóstoles, Pablo y Pedro.
De hecho, llegó a culpar a los cristianos del incendio de Roma y ejecutó a diestra y siniestra o a cualquiera que se la atravesará en el camino.
5. Atila (434-453)
Atila, el último rey de los hunos, es otro de los monarcas o emperadores más sanguinarios de la historia y los hechos así lo demuestran.
Este monarca gobernó al mayor imperio europeo en su época, siendo conocido por sus enemigos como ‘el azote de Dios’.
Por su parte, fue acérrimo enemigo de los romanos, tanto los del Oriente como Occidente, además, de ser un conquistador nato.
Asimismo, el prestigio que gozó Atila en su época, fue conseguido en base a sangre, destrucción y conquista.
De hecho, fue el responsable del gran saqueo a Italia en el 452, logrando que el emperador Valentiniano de Rávena, huyera de su sitio.
Por cada conquista que hacía Atila, la desolación y destrucción seguían sus pasos.
Ordenaba ejecutar a cada persona que viviera en los territorios conquistados, destruía hasta el último cimiento y mandaba a construir una nueva ciudadela.
Sin embargo, Atila pudo haber conquistado todo el mundo, si no hubiese sido por una terrible enfermedad que azotó en sus tiempos de conquista.
No obstante, Atila es nombrado como uno de los más grandes conquistadores de la historia.
6. Gengis Khan (1206-1227)
Si hablamos de Atila y sus grandes conquistas, no podemos olvidar a Gengis Khan, otro de los mayores conquistadores de la historia universal.
Gengis Khan fue un temible emperador mongol o Primer Gran Kan de la historia en ese territorio asiático.
Por si fuera poco, fundó uno de los imperios más poderosos de la era medieval, que abarcó desde Europa del Este hasta el océano Pacífico, sumando a India, China y la Indochina.
Sin embargo, Gengis Khan cometió atrocidades bajo la fundación de su vasto imperio y no le tembló el pulso para ordenar ejecuciones, torturas y destrucción a sus enemigos.
De igual forma, infringió severas derrotas a las dinastías enemigas, si no, pregúntenle a la Dinastía Jin en China, que se destruyó junto con Pekín por el azote del emperador mongol.
Al igual que Atila, este conquistador arrasaba con las grandes ciudades, erigiendo nuevas edificaciones y purgando a los pobladores, de una manera ruin y despiadada.
7. Enrique VIII de Inglaterra (1509-1547)
Ahora bien, el Imperio británico no podía dejar sin representante en tal deshonrosa lista y tiene a uno de sus nominados, Enrique VIII de Inglaterra.
La figura imponente de Enrique VIII valió diversas discusiones dentro de la historia del Imperio británico, inclusive, en la religión anglicana.
Su gobierno se caracterizó por severas tensiones con la Iglesia católica, haciendo una nueva religión, el anglicanismo.
Por si fuera poco, disolvió los monasterios, adquirió nuevos territorios, que, en ese momento, eran independientes y su política fue totalmente represiva.
Sin embargo, ser conyugue de este rey era una total desgracia, sino veamos el destino de sus seis esposas, o al menos, cuatro de ellas.
Exceptuando a Catalina de Aragón (aunque posiblemente murió envenenada por Enrique) y Catalina Parr.
De resto, las demás vivieron tormento y desilusiones con Enrique VIII, inclusive, tres de ellas vieron la muerte, aunque, Juana Seymour fue por complicaciones del parto.
Las crueldades de Enrique con sus mujeres fueron de tal proporción, que no por gusto, se casó seis veces.
8. María I de Inglaterra (1553-1558)
La siguiente inquilina es hija de Enrique VIII y a pesar que duró pocos años como cabeza de la monarquía, fue suficiente para ser apodada la sanguinaria.
De hecho, el término ‘bloody mary’, es una amplia referencia a María I, cuyo reinado se caracterizó por sembrar el terror, muerte y carnicería humana.
Su gobierno se caracterizó muy contraria a la política de su padre, intentando derogar el anglicanismo y restituir el catolicismo, pero fracasó en ese intento.
No obstante, las persecuciones y ejecuciones estuvieron a la orden del día durante su corto reinado, en especial, con los disidentes religiosos.
Por otro lado, su competencia con Isabel I en el reinado, la hicieron tener una oposición clandestina, en especial, de carácter religiosa, debido a su ferviente catolicismo.
Entretanto, los crímenes que perpetró durante su reinado se dieron a conocer por toda Europa.
En las postrimerías de su día, pudo reconocer a Isabel I como su sucesora, terminando con la era Tudor en Inglaterra.
9. Ranavalona I (1828-1861)
¡Ya casi culminamos! Y otra regenta ocupa el top de monarcas o emperadores sanguinarios.
Esta vez, cambiamos de continente y nos trasladamos a África, específicamente, Madagascar, donde Ranavalona I gobernó por 33 años.
Su gobierno tuvo sus particularidades, siendo enemiga acérrima de las potencias occidentales, en especial, de la religión.
Por si fuera poco, ordenó la persecución y ejecución de misioneros cristianos, además, de quitar cualquier arraigo cultural o influencia británica o francesa en Madagascar.
De hecho, los que lograban sobrevivir a las torturas sistémicas de la reina africana, narraban lo ruin y despiadados que eran sus métodos de castigo.
Como dato estimado, los historiadores afirman que durante el reinado de Ranavalona I, murieron ejecutados unos 150.000 misioneros cristianos.
Cabe resaltar, que durante su reinado ninguna potencia europea logró conquistar Madagascar.
10. Augusto (27 a. C – 14 d. C)
Finalmente, concluimos el listado de 10 monarcas o emperadores sanguinarios, con el primer emperador romano, Augusto.
Su gobierno duró cuarenta años, pero fue muy conocido por instaurar una dictadura romana represiva con sus adversarios y el mismo pueblo.
Por otro lado, obtuvo todos los poderes plenos y a pesar, que se instauró una paz momentánea, su política interior atestiguó uno de los peores episodios del Imperio romano y fue la Guerra Civil.
A su vez, expandió sus dominios y territorio conquistado, pasaba por las armas a los ciudadanos y lo transformaba en ciudadelas modernas en aquella época.
Sin dudas, Augusto fue uno de los gobernantes más sanguinarios de la historia.
Otros monarcas y emperadores sanguinarios
- Juan I de Inglaterra (1129-1216)
- Tiberio (14-37 d. C)
- Napoleón Bonaparte (1804-1814)
- Bokassa I (1976-1979).
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