La Gran Depresión
Historia

La Gran Depresión: Cuando la Economía Mundial pidió Auxilio

La Gran Depresión fue una de las peores crisis económicas de la historia, que afectó a casi todo el mundo durante la década de 1930. Se inició con el crac del 29, cuando la bolsa de valores de Nueva York se desplomó el 29 de octubre de 1929, y provocó una caída generalizada de la producción, el comercio, los precios y el empleo.

En efecto, muchas personas perdieron sus ahorros, sus negocios, sus casas y su esperanza.

Por otro lado, la Gran Depresión puso a prueba la capacidad de los gobiernos para hacer frente a una situación tan grave y generó cambios políticos, sociales y culturales que marcaron el siglo XX.

En el siguiente post, detallaremos las causas, consecuencias y efectos de la Gran Depresión dentro de la economía mundial en el siglo XX.

Ver después: I Guerra Mundial: Historia y Repercusión

Causas de la gran depresión

La Gran Depresión

Las causas de la gran depresión son complejas y diversas, y todavía son objeto de debate entre los historiadores y los economistas. Algunos de los factores que contribuyeron a la crisis fueron:

El desequilibrio entre la producción y el consumo

Durante la década de 1920, la economía estadounidense experimentó un gran crecimiento impulsado por la innovación tecnológica, el aumento de la productividad y el crédito fácil.

Sin embargo, este crecimiento no se distribuyó equitativamente entre la población, sino que se concentró en las manos de una minoría.

La mayoría de los trabajadores no vio aumentar sus salarios ni su poder adquisitivo, lo que limitó su capacidad para consumir los bienes que se producían.

Esto generó un exceso de oferta que no encontraba demanda suficiente en el mercado.

La especulación financiera

El optimismo económico y el crédito barato estimularon la inversión en acciones, bonos y bienes raíces. Muchas personas compraban estos activos con la esperanza de obtener ganancias rápidas, sin tener en cuenta su valor real ni los riesgos asociados.

Esto creó una burbuja especulativa que infló artificialmente los precios de los activos y aumentó el endeudamiento de los inversores.

Cuando los precios empezaron a caer, muchos inversores no pudieron pagar sus deudas ni vender sus activos, lo que provocó una oleada de quiebras y pánico financiero.

La inestabilidad monetaria

El sistema monetario internacional vigente en esa época estaba basado en el patrón oro, que establecía una relación fija entre el valor de las monedas y el del oro.

Esto limitaba la capacidad de los bancos centrales para ajustar la oferta monetaria y controlar la inflación o la deflación. Además, el patrón oro favorecía los movimientos internacionales de capital y oro, lo que hacía que las crisis se propagaran rápidamente entre los países.

Cuando algunos países abandonaron el patrón oro para intentar reactivar su economía, se produjeron desequilibrios cambiarios y comerciales que agravaron la situación.

La falta de cooperación internacional

La gran depresión coincidió con un período de aislacionismo y nacionalismo en la política mundial. Los países afectados por la crisis adoptaron medidas proteccionistas para defender sus mercados internos, como aranceles, cuotas o subsidios.

Estas medidas dificultaron el comercio internacional y redujeron el flujo de bienes y servicios entre las naciones.

Sumado a ello, los países no lograron coordinar sus políticas económicas ni establecer mecanismos de ayuda mutua para hacer frente a la crisis.

Consecuencias de la gran depresión

La gran depresión tuvo consecuencias devastadoras para millones de personas en todo el mundo. Algunas de las más importantes fueron:

El aumento del desempleo y la pobreza

La caída de la producción y el cierre de empresas provocaron una masiva pérdida de puestos de trabajo. Se estima que el desempleo alcanzó el 25% en Estados Unidos, el 33% en Alemania y el 15% en Gran Bretaña.

Muchas familias quedaron sin ingresos ni recursos para subsistir y tuvieron que recurrir a la caridad pública o privada.

Algunas personas se vieron obligadas a abandonar sus hogares y vagar por el país en busca de oportunidades.

Otras se agruparon en campamentos improvisados llamados Hoovervilles, en alusión al presidente Herbert Hoover, al que se culpaba de la crisis.

El deterioro de las condiciones de vida y de salud

La gran depresión afectó negativamente a la alimentación, la vivienda, la educación y la salud de la población.

Muchas personas sufrieron hambre, malnutrición, enfermedades y falta de higiene.

Con respecto a la esperanza de vida, se redujo y la tasa de mortalidad se incrementó. También se registraron casos de suicidios, alcoholismo, violencia y delincuencia.

En consecuencia, la crisis afectó especialmente a los niños, los ancianos, las mujeres y las minorías étnicas, que sufrieron mayores niveles de discriminación y exclusión social.

El cambio en el papel del Estado

La gran depresión puso en evidencia la incapacidad del mercado para regularse por sí mismo y la necesidad de una mayor intervención del Estado en la economía.

Algunos gobiernos adoptaron medidas de emergencia para aliviar la situación de los más afectados, como subsidios, obras públicas o programas sociales.

Otros gobiernos implementaron reformas estructurales para modificar el sistema financiero, fiscal y laboral.

El caso más destacado fue el de Estados Unidos, donde el presidente Franklin D. Roosevelt lanzó el New Deal, un conjunto de políticas que buscaban la recuperación económica, el alivio social y la reforma institucional.

El auge de los movimientos políticos extremistas

 La gran depresión generó un clima de descontento, frustración y desconfianza hacia los sistemas políticos tradicionales.

Esto favoreció el surgimiento y el fortalecimiento de movimientos políticos radicales, tanto de izquierda como de derecha, que ofrecían soluciones simples y autoritarias a los problemas complejos.

Algunos ejemplos fueron el fascismo en Italia, el nazismo en Alemania y el comunismo en Rusia.

 Estos movimientos desafiaron el orden democrático y liberal establecido tras la Primera Guerra Mundial y contribuyeron a crear las tensiones que desembocaron en la Segunda Guerra Mundial.

Conclusión

La Gran Depresión de 1929, emergió como fuerte impacto económico y social de escala mundial, generando efectos que se evidenciaron de manera inmediata y tardía.

Por otro lado, el efecto colateral generó malestar, no solo, dentro de la economía estadounidense, sino, de sus aliados tras el final de la I Guerra Mundial, así como, de los países que fueron derrotados, como el caso de Alemania.

Sin dudas, el crac de 1929 ha sido parte fundamental dentro de la historia de la humanidad en el siglo XX.

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Marines Boy de García

Redactora SEO y cofundadora de Dossier Interactivo.

Fundadora de TuCigüeña

Madre de tres y esposa. Médico de profesión y amante de la psicología, lectura, memes, películas y series.

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