Uno de los casos más enigmáticos en todo el mundo y sin llegar a una conclusión, es sin lugar a dudas el caso de D.B Cooper.
La identidad tras el secuestrador de un avión Boeing 727 en 1971, sigue resultando un completo misterio que durante 50 años, no se ha llegado a la conclusión.
Por otro lado, las pistas o hallazgos son prácticamente nulos y como si se lo hubiese tragado la Tierra, en la actualidad sigue siendo un misterio sin resolver.
En nuestra sección de Misterios Sin Resolver, presentamos el misterioso caso de D.B Cooper.
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¿Quién era D.B Cooper?
La verdadera identidad de D.B Cooper es todavía un misterio, esas son las iniciales que la prensa y televisión le colocó a un individuo llamado Dan Cooper.
Según los registros del aeropuerto y la aerolínea que abordó el 24 de noviembre de 1971, un individuo ingresó al Boeing 727 con la identidad de Dan Cooper.
Por su parte, los rasgos físicos de Cooper eran un hombre de unos 45 años de edad, altura que oscilaba entre 1.78 y 1.83 metros y vestía de gabardina con lentes oscuros.
A su vez, llevaba un alfiler de corbata con una piedra preciosa llamada madreperla y el color del accesorio acompañante era negro.
Ese día abordó el asiento 18C, casi al final de la parte trasera del avión en cuestión.
Secuestro del Boeing 772
Una vez que abordó el avión, dispuso de tomar el asiento 18C, al final de la parte trasera del Boeing, justo al lado de la sobrecargo Florence Schaffner.
Seguidamente, D.B Cooper le entregó una nota a Schaffner y la mujer guardó el pequeño papel en su bolsillo.
En ese momento, Cooper le menciona “Señorita, mejor lea lo que hay en esa nota. Tengo una bomba”.
Por otro lado, el mensaje escrito decía lo siguiente: “Tengo una bomba en mi maletín. La usaré si es necesario. Quiero que se siente junto a mí”.
Consecutivamente, hablaba sobre una cifra de 200.000 dólares en efectivo, sin ningún tipo de marca y con dos sets de paracaídas, es decir, 4 en total.
Posteriormente, Cooper dio instrucciones a Schaffner sobre cómo debía recibir los billetes, cuando el Boeing aterrizará al Aeropuerto Internacional de Seattle-Tacoma.
De no cumplirse con lo estipulado, Cooper haría activar la bomba con todos a bordo.
Llegada a Seattle
Inmediatamente, Schafnner comunica sobre las peticiones de D.B Cooper al piloto encargado, William Scott, el cual contacta con la torre de control del aeropuerto.
Allí, se pusieron en contacto con la policía estatal y a su vez, el FBI, entre ambos, ordenaron a Scott que cooperara con las peticiones de Cooper.
Seguidamente, Schaffner vuelve a la parte trasera, donde la sobrecargo vigilaba expectante sobre el contenido del maletín.
Por su parte, al notar las intenciones de Schaffner, Cooper muestra el maletín, donde se apreciaba la veracidad del dispositivo.
Tras ello, Cooper le da instrucciones a Schaffner sobre el aterrizaje, la cual, consistía en no aterrizar hasta que sus demandas estuviesen listas.
Al llegar el avión a Puget Sound, el FBI recolectó el dinero sin marcar, según las exigencias de Cooper, pero usaron serie que empezaba por la L y de 1969.
Con respecto a los paracaídas, las autoridades tenían planeado utilizar la de uso militar, pese a la contrariedad de Cooper.
Pese a ello, el FBI siguió con las instrucciones de Cooper y consiguió los paracaídas civiles en una escuela local cercano al aeropuerto.
La personalidad de D.B Cooper
Con respecto a la personalidad de Cooper, hay dos diatribas, la primera según el testimonio de Tina Mucklow, una de las sobrecargo, mencionó que era una persona amable.
Por su parte, las autoridades e investigadores del FBI, dijeron lo contrario de Cooper, alegando que era altanero y con un lenguaje obsceno.
Mucklow llegó a decir que Cooper se preocupaba por los miembros de la tripulación, ofreciendo comida y bebida con una actitud serena y tranquila.
Vuelta al vuelo y escape
Con todas las exigencias cumplidas, Scott comunicó a Cooper sobre las peticiones y el secuestrador autorizó el despeje al aeropuerto.
Ante la posibilidad de francotiradores en el aeropuerto, Cooper ordenó que las luces estuvieran atenuadas para burlar a las autoridades.
Por su parte, las autoridades designaron a un empleador de Northwest Orient, para entregar el dinero y los paracaídas a Mucklow.
A cambio de las entregas, Cooper liberó a los 36 pasajeros y a una de las sobrecargos, Schaffner, pero retuvo a Mucklow, Bob Rataczak, H.E Anderson y Scott.
Con el tiempo de reabastecer de combustible al avión, Cooper ordenó de inmediato el despeje de la pista para retornar el vuelo.
Con respecto al destino, Cooper cambió hacia la Ciudad de México, como una posible ruta de escape.
Pese a las exigencias de Cooper, Rataczak propuso otras rutas como Reno en Nevada.
Otras de las peticiones de Cooper en pleno vuelo, fue empezar abrir la parte trasera del avión, la salida al momento de la fuga.
Por su parte, Mucklow siguió sentada junto a D.B Cooper, dio el secuestrador estaba atando algo sobre su cintura.
En ese momento, la cabina emitió una luz roja de alerta, debido a que Cooper intentaba abrir la puerta trasera del Boeing.
Seguidamente, Cooper al abrir la puerta trasera del avión, saltó a eso de las 20:13 hora de Washington.
Al llegar a Reno, la aeronave fue rodeada por las autoridades, pero la sorpresa era que Cooper no se encontraba allí.
Posibles teorías al caso de D.B Cooper
Las teorías e hipótesis acerca del caso de D.B Cooper siguen su curso desde hace 50 años.
Desde que no sobrevivió a la caída hasta un cambio de identidad han surgido con respecto al caso de D.B Cooper.
Cuando se supo del aterrizaje de Cooper, el FBI rastreó los billetes, dando la letra del serial y el año en los bancos.
Con el pasar de los años, las primeras evidencias sobre el caso de D.B Cooper dieron luz verde.
Los primeros hallazgos fueron billetes rotos y una pancarta de la puerta trasera del Boeing 727, dando un posible indicio del paradero del secuestrador.
Por su parte, un niño de 8 años, Brian Ingram en 1980, encontró 5.880$ casi destruidos y en peores condiciones que correspondían a los de D.B Cooper.
Con todo lo expuesto, las teorías del FBI cobraron fuerza sobre la posible muerte de Cooper al momento de aterrizar en dicha zona.
Sospechosos en el caso de D.B Cooper
1. Richard McCoy, Jr: otro secuestrador que hizo la misma dinámica que Cooper, el 07 de abril de 1972 al secuestrar una unidad del United Airlines, vuelo 855. Sin embargo, murió al enfrentarse a las autoridades.
2. Duane Weber: supuestamente, confesó a su esposa ser Dan Cooper, pero las autoridades dejaron de investigarlo por falta de pruebas.
3. William Gossett: profesor universitario de Utah, mencionó a sus hijos que era D.B Cooper.
4. Kenneth Christiansen: militar veterano, según algunos relatos, llegó a comprar propiedades en efectivo y tenía una cierta similitud con D.B Cooper.
Finalmente, con todos los sospechosos, ninguno cumplió con el perfil del caso de D.B Cooper y en la actualidad, resulta un misterio sin resolver tras 50 años.